Ya apuntábamos que la reunión
entre Ceuta y Melilla, que se iba a desarrollar aprovechando
la coyuntura de la entrega de los premios Cambio16 que
recibieron ayer ambos presidentes autonómicos, era escasa en
cuanto tiempo. Y a fe que ha sido así.
El encuentro institucional dio para abordar las posiciones
de ambas ciudades en relación al famoso plan de
reestructuración del Ejército y apuntar de soslayo el resto
de asuntos absolutamente relevantes que han de tratarse
haciendo causa común los gobiernos ceutí y melillense.
Es impensable, “me parece mentira”, llegó a decir Imbroda,
“desde todo punto de vista me parece un palo”, espetó el
presidente de Melilla que la Administración General del
Estado vaya a desarraigar a más de 250 familias de la vecina
ciudad. Algo parecido sucederá en Ceuta y esto es algo por
lo que claman en críticas tanto Imbroda como Vivas. El
problema radica en la falta evidente de comunicación y de
claridad respecto de este asunto.
Pero había que tratar más temas y se hacía necesario no
demorar más otro encuentro oficial. Así que la opción de
repetir la sesión al día siguiente fue la idea planteada y
elegida. Sí. Precisamente en esta misma mañana, de nuevo
Ceuta y Melilla vuelven a verse en el Senado, mismo sitio
que ayer, y mismos protagonistas.
Es “muy importante que Ceuta y Melilla hagan causa comùn y
vayan de la mano en asuntos tan relevantes como los que
manejamos”, afirmó el presidente Vivas quien no dudó en
aseverar que hay que “abordar la revisión del Estatuto de
Autonomía” porque resulta del todo insuficiente, para cubrir
las necesidades de los ceutíes y melillenses, la nueva
propuesta estatal para la reforma del marco de financiación
de las comunidades autónomas que estaría promoviendo el
Gobierno de la nación. Por eso mismo, la unión debe hacer la
fuerza.
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