Lunes. 14
No sé quién dijo que la igualdad entre hombres y mujeres
será una realidad el día en el cual haya el mismo número de
tontas que de tontos ocupando cargos importantes. Pero lo
que sí sé es que estuvo acertado en su decir. José Luis
Rodríguez Zapatero ha decidido tener en su Gobierno más
ministras que ministros. Y además las ha elegido jóvenes y,
por tanto, han de demostrar lo que valen. De momento, y en
vista de que carecen de historia y de pasado brillante y de
peso específico y de cuanto los puristas reclaman
airadamente para poder acceder a tales cargos, están siendo
vapuleadas por columnistas que se está mostrando como
ejemplares misoneístas. Les explico: son los opositores por
inercia a todo lo que es nuevo. Desde el punto de vista
sociológico es, sin duda, la tendencia a adoptar y a
perpetuar los comportamientos estáticos, admitidos por el
grupo. Parece mentira que entre esa tropa figure un escritor
como Juan Manuel de Prada, joven y talentoso, que anda
ensañándose con Carme Chacón. Porque sí. Sin caer en la
cuenta de que a ésta lo que habrá que exigirle es que sepa
mandar. Y, por encima de todo, que sea capaz de conseguir
medios suficientes para poder modernizar el Ejército. Y a
otra cosa, mariposa.
Martes. 15
Llevaba la mar de tiempo sin hablar con Mustafa Mizzian. Y
más que hubiera transcurrido si él no llama mi atención.
Dado que yo iba mirando a las musarañas. Apenas nos ponemos
a pegar la hebra, Mizzian me cuenta lo siguiente: “Manolo,
muy pronto estaré ocupando el sitio que tú ya sabes...”. Y a
mí, cómo sé de qué va la cosa, sólo se me ocurre decirle que
muy bien... Que me alegro muchísimo... Y que a ver si es
verdad que de una vez por todas cumplen quienes deben el
compromiso adquirido con él. A MM se le nota demasiado su
estado de ánimo. Pasa de la euforia al decaimiento en un
santiamén. En esta ocasión, como en tantas otras, le he
visto convencido de que, al fin, podrá ejercer una actividad
pública en sitio adecuado a sus conocimientos y dispuesto a
favorecer las necesidades de los vecinos de ese lugar. De
ahí que el contento de Mustafa se le reflejara en la cara.
No obstante, cuando me despido de él, de quien fuera el
diputado que más ayuda le ha prestado al PP, caigo en la
cuenta de que no es la primera vez que el hombre, tras
creerse a pie juntillas lo que le dicen los políticos
gobernantes, se queda compuesto y sin novia. Y a sufrir...
que son dos días. Ojalá que pronto le sea confirmada la
noticia a quien fuera hombre fuerte del PDSC; esa que diga
que ha sido nombrado asesor del presidente de... bueno, ya
veremos.
Miércoles. 16
José Antonio Rodríguez ha cumplido un año como consejero de
Gobernación. Un cargo complicado donde los haya y en el cual
el político debe desenvolverse con tiento. De momento, y
toquemos madera, el consejero ha conseguido obrar con la
cautela precisa y ha hecho del diálogo su mejor arma para
que ningún problema altere la paz interna del Cuerpo. Cuando
Rodríguez fue designado por Vivas para ocupar puesto tan
complejo, los hubo que vieron en esa designación un deseo
evidente, por parte del presidente de la Ciudad, de poner al
diputado entre las cuerdas. Y le auguraban malos tiempos a
quien hasta entonces había sido viceconsejero de Turismo.
Incluso apostaban los sujetos de comentarios repletos de
malos auspicios, cuánto iba a durar el tal Rodríguez a la
vera de Ángel Gómez. La realidad es que el actual consejero
de Gobernación ha sabido actuar con su proverbial sencillez
y esa infinita sabiduría callejera que le permite conocer
exactamente cuáles son sus limitaciones. Adobado ello con la
naturalidad que impone a todos sus actos. De cualquier
manera, uno, después de oír a varias personas, sigue
pensando que el hueco que ha dejado Rodríguez en la viceconsejería de Turismo es tan grande como para que ya le
estén echando de menos propios y extraños. ¿Lo sabrá el
presidente de la Ciudad?...
Jueves. 17
Coincido en el Hotel Parador La Muralla con Fernando Jover y
Fernando Carbonell. Al general le conocía, por supuesto que
sí; pero nunca habíamos tenido la oportunidad de conversar.
Así que no perdimos la ocasión y comenzamos a desquitarnos.
De pronto, cuando estábamos en plena cháchara, hizo su
aparición mi estimado Luis Manso: ese coronel a quien llevo
apreciando desde que tuve la suerte de que me fuera
presentado. De lo cual hace ya bastantes años. A Manso,
según me dicen, le van a imponer el escudo de oro de la
UNED. La máxima distinción. Y a mí me alegra muchísimo verle
tan sumamente contento por ello. Y así se lo expreso
mientras recuerdo la cantidad de veces que el prestigiado
militar me dedicó sus mejores palabras, en momentos donde me
eran más necesarias. Reinaba en la barra de la cafetería de
la Muralla un ambiente extraordinario alrededor de una copa,
como antesala a una comida en la que los asistentes
terminarían brindando por Luis Manso, por España y por
Ceuta. De vez en cuando conviene estar presente en reuniones
así, donde hablando uno puede entender los problemas de los
demás y a la vez exponer los suyos. Ni que decir tiene que
Jover me debe una comida. A la que está invitado Juan
Antonio Ponferrada. Será, si el tiempo no lo impide, dentro
de unos días.
Viernes. 18
Costumbre tengo de hojear este periódico, tras haberlo leído
el día anterior. Y es hoy cuando me doy cuenta de que ayer
se me pasó por alto una nota donde se anunciaba una misa
para recordar la figura de Florentino Gómez. Quien fuera
fundador y secretario general de la UNED en Ceuta. Y es que
se ha cumplido el aniversario de su muerte. Cuando me
presentaron a Florentino, allá en los comienzos de los años
ochenta, me dijeron de él que explicaba las matemáticas como
nadie. Y poco tiempo después, yo que había sido un negado en
esa asignatura, me inscribí en la UNED y pasé por su clase.
Y pronto comprobé que era un fenómeno explicando una materia
que tantos disgustos me había dado a mí durante mi etapa de
bachiller. La verdad es que abandoné mis estudios en la
Universidad por causas de trabajo, pero nunca perdí de vista
la figura oronda de aquel profesor, sabio en el decir y
dispuesto en todo momento a conversar mediante las reglas
del buen humor. Y cuya ironía resultaba demoledora para
quien tratara de pasarse de listo. Una mañana, la del 11 de
octubre de 1995, llegué a su despacho temprano para
entrevistarle. Tomé mis notas en una libreta y allá que bajé
andando hacia la redacción. Cuando de pronto me encontré con
la revuelta de los inmigrantes en las Murallas Reales. En la
refriega, perdí mi bloc. Y por la tarde, una vez pasados los
primeros momentos de horror e incertidumbre en los bajos y
en los altos del Ángulo, llamé a Florentino para decirle que
había extraviado la entrevista y que si me daba permiso para
hacerla de memoria. Me contestó que sí. Y, a partir de
entonces, solía decirme que yo tenía más que aprendido el
oficio. Generoso, Florentino.
Sábado. 19
Sergio Ramos ha hecho unas declaraciones en las que
demuestra su enfado con el Madrid: “Nadie en el club dio la
cara por mí”. Motivos tiene, sin duda, el jugador para
quejarse. Pero mucho me temo que haya aprovechado el asunto
de las tarjetas para expresar su malestar por otras
cuestiones que sí atentan contra su rendimiento. Aunque
carece de valor para afrontar el problema en corto y por
derecho. El gran problema de Ramos esta temporada, y sobre
todo desde hace ya bastantes partidos, es que está
soportando la presencia de Guti por delante. Y ello
significa que se ha quedado sin volante que sea capaz de
ayudarle en defensa y, mucho menos, de cubrirle las espaldas
cuando se incorpora al ataque. Cierto es que el defensa
madridista debiera contenerse lo suficiente como para no
convertir su juego en algo sistemático. Pero tampoco es
menos cierto que, aunque dosificara esfuerzos, seguiría
pagando con creces la colocación de Guti como volante por la
derecha. Una aberración futbolística en toda regla. Que
propicia, además, la desesperación de Ramos y la
consiguiente pérdida de papeles del sevillano. Ya que por
esa banda se van sucediendo los centros que casi siempre
terminan en goles contra el Madrid. Amén de que ante las
carencias defensivas, motivadas por un cúmulo de
circunstancias negativas que concurren en el tal Gutiérrez,
Sergio Ramos se las ve y se las desea para rendir como en él
es habitual. Y, claro, está ya hasta los mismísimos de
aguantar carros y carretas.
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