Desde mí personal, particular e
intransferible punto de vista, el periodista debe de ser
imparcial, sin inclinar la balanza a un lado u otro,
dependiendo de sus ideas políticas. Porque al dejarse llevar
por sus sentimientos o por sus ideas deja de ser imparcial,
que es su obligación, para convertirse en un contador de
cosas o sucesos que se alejan de la realidad, convirtiendo
la mentira en verdad y, de esa forma, engañando a los
posibles lectores, oyentes o televidentes.
Dentro de la clase periodística, hay como en todas partes,
buenos o menos buenos, sin incluir a todos esos aficionados
que, por supuesto, tienen todo el derecho del mundo a
escribir y expresar sus opiniones.
Es un error creer que por no ser profesional de la
información, no se tiene derecho a escribir en algún
periódico. Ha habido y hay grandes escritores que no son
periodistas, y es un placer el leer sus artículos en los
distintos periódicos a los que prestan su colaboración.
Sin embargo hay profesionales de la información a los que es
mejor no echarles un vistazo a sus escritos, ni escucharlos
en las tertulias televisivas ni en los programas que tiene
en la radio. Son tan partidistas que, en ocasiones, la
mayoría de las veces, da vergüenza ajena leerlos o
escucharlos.
Dependiendo hacia que bando inclinen la balanza en sus
programas, son criticados por el bando contrario. Sin que el
bando contrario se dé cuenta de que, entre los suyos,
existen la misma clase de periodistas partidistas.
Se critica abiertamente a Jíménez Losantos por su tendencia
a criticar a la izquierda en su programa al que, por cierto,
no había escuchado en mi vida, hasta que picado por la
curiosidad decidí escucharlo los otros días y tengo que
decir y digo que se despachó a gusto contra el gobierno de
Zapatero pero…
Siempre hay un pero en todos los ordene de la vida, también
escuche a Iñaqui Gabilondo, en su telediario informativo que
por cierto, todo hay que decirlo, es el de menos audiencia
de todos los informativos de las distintas cadenas, y nada
tiene que envidiar, en sus ataques a la derecha, a los
ataques de Jiménez Losantos a la izquierda. Vamos, si se
tratase de un encuentro de fútbol, empate seguro.
Punto y aparte merece el Gran Wayoming. El tío se pasa tres
pueblos y cinco barriada. Es de piñón fijo. Nada hay que le
produzca más placer que sus ataques, constantes a la derecha
y, además, critica con dureza cada palabra que dice Jiménez
Losantos. Manda…el asunto
Hay que reconocer que es un buen profesional y hace un buen
trabajo en clave de humor. La suerte que tienen los de
derechas es que la mitad de las cosas que dice, no hay un
dios que las entienda. Parece como si se le trabara la
lengua.
Lo siento, no me gustan los periodistas de pesebre, ni los
que escriben al dictado lo que les ordenan poner, cada día,
sus amos. La dignidad y la ética son dos cosas importantes
en los hombres. Todos los partidos hacen cosas buenas y
cosas peores. ¿O no?
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