Dicen grandes literatos que detrás de la escritura se
esconde un acto de gran vanidad y que si no fuera por esta
ostentación no podrían escribirse grandes obras. Pienso que
cuando el resultado es una gran obra esa vanidad es
bienvenida. Pero mucho me temo que para el autor que pone
como fin de sus palabras un artículo de prensa, la vanidad
hay que dosificarla bien si no, no viene nada bien. En un
artículo queda reflejada claramente la gran vanidad del
autor en frases egocentristas en las que su opinión es una
verdad absoluta y el que piensa lo contrario es algo
abominable que desearía que se extinguiera, afortunadamente
estos autores no tienen varitas mágicas para hacer sus
sueños realidad y como vivimos en democracia por “mocosa”
que esta sea podemos hacer uso de la prensa como medio de
algo más que elevar nuestra vanidad. Y me refiero a plasmar,
exponer, criticar o ¿porqué no? cuando sea posible, alabar
la REALIDAD, realidad que vivimos aquí y ahora y siempre
matizada con nuestros sentimientos, por supuesto (EJ; si
respiro aire con plomo, terrible realidad que le toca vivir
a muchas personas, tengo que decirlo con toda la RABIA de
saber que muy probablemente contraiga en un futuro incierto,
cáncer por ello).
Me gusta plasmar la realidad cuando escribo, ya que las
opiniones muchas veces, cuando son críticas negativas, caen
en la tentación de perderse en rencores, envidias y odios
quizás personales, y esto hace, quiero suponer, que sólo se
interesen por ellas lectores insulsos que vean reflejado en
ellas sus propios rencores, envidias y odios y de esto ya
tenemos bastante en nuestro mundo y sería como eso de…¿ no
quieres caldo? pues toma dos tazas…a mí me gusta que cuando
digo no gracias, no me gusta….se me respete y no me lo
intenten meter en todas las narices….soy muy delicá y me
entra fatiguita.
Aplaudo pues a todos aquellos que hacen uso de este medio
para escribir REALIDADES, realidades que no se pueden negar
porque existen, aunque haya quien no quiera verlas. No hay
que dejarse amedrentar por quienes intentan que no
“hablemos” más calificando de “insignificantes”,“desleales”
o “enemigos” o más fuerte aún “despreciables” a todo el que
no piense de una determinada manera, por no acatar lo que se
hace por decreto….por suerte, repito; estamos en democracia
y la extinción está bien para contársela a los niños…la de
los dinosaurios.
Con las realidades podemos conseguir que alguien se percate
de que existen y que llevamos razón y contribuir con ello a
que éstas cambien siempre, es la intención, a mejor. Y
contribuir a mantener un buen rumbo en nuestra realidad
comunitaria y cuando lleguemos a buen puerto “ sepamos
atracar”. En este sentido lejos de querer hacernos
desaparecer deberían agradecer nuestras palabras por ser
partícipes en posibles cambios deseables por una gran
mayoría de una realidad concreta. Exponer una realidad
verdadera que por muchos matices que tome ( según el cristal
con que se mire)…sólo hay una, como ocurre con la verdad. La
única diferencia que hay entre realidad y verdad es que la
primera es dependiente del tiempo. La realidad de mañana la
construimos hoy, le pese a quién le pese.
Pues me siento orgullosa de poder ser partícipe en esa
construcción y no en otras y por insignificante que quieran
hacer el grano de arena que se aporta con un artículo.… ya
sabemos, un desierto necesita billones de ellos para poder
existir.
Luego hay un tercer tipo de columnista, siempre desde mi
parecer; el que da su opinión humilde que no vanidosa sobre
algo o alguien que es noticia y que casi siempre sirve para
realzar en positivo la persona o el hecho en cuestión. Esto
siempre es grato de leer porque nos ayuda a conocer más a
fondo temas que de otro modo pasarían por “alto” en nuestra
jornada. Aplaudo más fuerte a éstos porque compartiendo sus
informaciones y opiniones enriquecen nuestros conocimientos.
Resumiendo, tenemos que; Con buenos literatos cultivamos
nuestra alma; Con buenos columnistas cultivamos nuestros
conocimientos y se construyen realidades, y para mí , está
claro que los demás no hacen más que encender un mal ánimo,
pero como es una humilde opinión, no les deseo ningún tipo
de extinción….ese deseo cultivado en una gran intransigencia
y profundo odio, lo dejo, lógicamente, para los indeseables
de todo tipo de asesinos que son desgraciadamente y
diariamente noticia.
Y con la distracción… ya alargaría demasiado con una
exposición de alguna otra realidad ceutí, por lo que
concluyo hoy con un hermoso poema que, a buen seguro,
cultiva el alma; hermoso poema que, hablando de realidades y
sentimientos, “viene como anillo al dedo”.
Hermoso poema escrito por Blanca de los Rios Nostench
(1862-1956), poeta, novelista e investigadora andaluza, de
la que se conoce muy poco pese a la intensa labor que
desempeñó a favor de la mujer y de las relaciones entre
España e Hispanoamérica. Y que en 1931 se convierte en la
primera mujer en recibir la Medalla de Oro del trabajo. Mi
mayor aplauso para ella, para que siga estando en nuestra
realidad a pesar del tiempo.
Realidad, terrible azote
del alma que mundos crea
con ese eterno don Quijote
que sueña su Dulcinea.
Soñar….. ¡donosa locura!.
Soñar que un ángel se encierra
en la pobre vestidura
que ha de pudrirse en la tierra.
Despertemos…. ¿qué es la vida?
Festín de cuervos hambrientos.
¿Y el alma? Hambrienta rendida
que devora sentimientos.
¿Y el cielo? El espacio... nada.
¿Y Dios? El vano anhelar
de la humanidad cansada.
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