Se nota la mano de Vivas en cuanto se pone a dirigir la
orquesta como él sabe. Sin duda las elecciones generales
supusieron un parón en la actividad política en general y
algunas cuestiones que se suscitaron como con motivo de las
mismas oscurecieron aparentemente las posibilidades de
actuación del Gobierno Autónomo en determinados proyectos a
los que le había dedicado tiempo y esfuerzos, pero la mano
templada de un Vivas resistente ha sabido devolver la
tranquilidad al remolino y encauzar las aguas hacia el lugar
que más interesa a los ciudadanos.
El ingente trabajo de programación en barriadas ya está
dando los primeros frutos y de la mano del incansable García
Castañeda y de la federación de asociaciones de vecinos,
Vivas ha presentado un III Plan de dotaciones en barriadas
que, no sólo está ya cuantificado, sino definido actuación
por actuación, dando así respuesta a un colectivo, el de las
asociaciones de vecinos, bien organizado y bastante tenaz.
Al margen o, si se quiere, en paralelo, la barriada del
Príncipe, tiene un plan específico de actuación, dada su
singularidad, así como el saneamiento en su conjunto que, a
pesar de las críticas, tiene por primera vez un auténtico
plan director elaborado de la mano del Estado, como se tiene
que hacer.
A poco que se eche la vista atrás, cosa saludable, se podrá
constatar el colosal esfuerzo inversor de los gobiernos de
Vivas en el ámbito de las infraestructuras, las dotaciones y
la mejora de los servicios, esfuerzo que se mantiene a pesar
de la llegada de las vacas flacas europeas y de los
problemas de la economía tanto a nivel local como nacional e
internacional.
El encuentro, por otra parte mantenido entre Vivas y
Arreciado la semana pasada, parece venir a desbloquear otras
iniciativas de ambas administraciones de extraordinario
impacto en la vida de los ceutíes, como pueden ser el nuevo
Palacio de Justicia, los accesos a la frontera del Tarajal,
el proyecto de rehabilitación del cuartel del Teniente Ruiz
para campus universitario, la nueva sede de la Jefatura
Superior de la Policía Nacional o la cesión de los terrenos
donde hoy se ubica el Mercado Central, por citar entre el
amplio abanico de asuntos que trataron y encauzaron.
Del III Plan de dotaciones en barriadas, cabe destacar la
iniciativa de estudio sobre implantación de aparcamientos
allá donde sea factible, con el consiguiente aprovechamiento
de la superficie para dotaciones para los vecinos de la
zona, novedad esta que pretende la auténtica modernización
de nuestros espacios vecinales y conseguir en la práctica
eso que se ha venido en llamar “hacer ciudad”, espacios para
el encuentro, para el ocio y para el deporte, espacios
diáfanos en los que el ciudadano sea más libre.
Es evidente que a Vivas no le falta ambición ni empuje,
necesitando para poder culminar todos estos proyectos el
apoyo necesario, no sólo de su grupo, que debe entregarse en
cuerpo y alma a la tarea encomendada, sino también de la
administración general del Estado, que debe entregar la
misma lealtad en el empeño que Vivas ha puesto siempre por
delante. Y es que Vivas es una persona sensata, moderna en
su concepción de la acción política y un incansable buscador
de puntos de encuentro, frente a otras maneras de hacer
política, algo trasnochadas, basadas en la confrontación
permanente como principio de actuación.
El ciudadano de hoy está poco interesado en los juegos
florales del “yo te digo, tu me dices y tu más” y espera de
los responsables políticos que sean motores del cambio y no
protagonistas de sainetes, desea que sean capaces de
gestionar bien sus intereses comunes y les interesa poco,
por no decir nada, el debate agrio y descalificador en el
que tanto tiempo se pierden algunos.
Se suele comparar mucho últimamente a Imbroda, el aguerrido
Presidente de Melilla, con Vivas, del que algunos pretenden
transmitir una imagen meliflua, ambigua e indecisa. Pero es
curioso, porque aquí en Ceuta todos sabemos de que pie
cojeamos y precisamente quienes más interés ponen en
presentar a Vivas como un ser frágil, ni han sido ni serían
capaces jamás en darle la vuelta a Ceuta como a un calcetín
en tan poco tiempo como lo ha hecho Vivas, que sólo ha
aplicado una ley en su tiempo de acción política: dialogar,
programar y ejecutar y los resultados son evidentes, tan
evidentes que los datos abruman. Frente a eso, parlanchines,
muchos parlanchines. Que le vamos a hacer.
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