Ala edad de trece años, experimenté por primera vez el daño
que se le podía hacer a una persona mientras hacia deporte.
Jugaba en el “Imperio de Ceuta” de infantiles por aquellas
fechas. En este partido de base, pude presenciar en directo,
como el delegado del equipo contrario al finalizar el primer
tiempo, arrancaba del corner el banderín y, subiéndose en la
espalda del arbitro (ya que este último era muy alto y el
otro muy bajo) le agredió con continuos golpes en la cabeza
hasta hacerlo caer al suelo, más tarde, lo hospitalizaron.
El motivo de la agresión, de vital importancia para el
agresor, su equipo al finalizar la primera parte perdía 2-1
y no lo concebía.
Este hecho, se quedó en mi retina para toda la vida. No
podía comprender y no comprendo con el paso de los años como
una situación de deporte, dónde, el ser humano tanto como
jugador/ entrenador/directivo o espectador debe salir
psicológicamente reforzado tras un tiempo de placidez y
diversión, se convierten en verdaderos animales de selva
cuando entran en un estadio.
La competición de cualquier deporte solo tiene tres
resultados posibles; ganar, empatar o perder y siempre no
vamos a ganar. Se puede hacer mal o bien en el desarrollo
del juego, ya sea como arbitro, jugador o entrenador, pero
nadie merece que atropellen su integridad o lo humillen
públicamente por perder o empatar un partido.
El árbitro, persona vestida de negro, de la cual, nadie
estará contento nunca con su actuación por muy bien que lo
haga. Si gana uno, el que pierde, siempre dirá que el
árbitro ha tenido parte de culpa. Si empatan los dos, al
arbitro se le recriminara por cualquiera de ellos que, se le
escapado un penalti en el minuto noventa, unos y otros se
marcharán enfadados. Si no logran su objetivo, el árbitro es
el responsable. Si su club va mal, los árbitros tienen la
culpa. En resumen ¿Nadie ha pensado realizar una competición
sin árbitros y reglas? Se puede aplicar solamente la Ley del
más fuerte.
Ahora bien, no recuerdo haber vivido una situación en la que
los jugadores de un equipo hayan agredido a un entrenador
por la mala disposición del equipo en el campo y no haber
ganado. Ni tampoco, recuerdo que se le haya agredido al
delantero de un equipo por sus compañeros por haber fallado
un gol o a su portero por recibirlos.
O quizás, no recuerde que una plantilla haya agredido a su
presidente por no haber fichado adecuadamente al entrenador
o no haber pagado la prima o el sueldo de los jugadores.
Pero si recuerdo, muchas ocasiones en que, la “furia” de la
impotencia deportiva, un mal día o un equipo superior, son
motivos suficientes, para pegarle un “trompada” a un árbitro
o a un asistente para justificar lo injustificable.
Este fin de semana pasado, un joven colegiado de Ceuta que
realizaba la función de asistente en un campo de fútbol de
esta Federación Ceutí, fue agredido por una persona, y le
llamo así, porque pienso que los animales a veces son más
racionales. La ilusión de unos años arbitrando o asistiendo
en las bandas, ha desaparecido en un segundo, con un
puñetazo en la boca para este joven árbitro. Su error, ser
juez de banda en la Ciudad de la convivencia de distintas
culturas y razas. Lo positivo de todo esto, el
arrepentimiento del ejecutor de la agresión públicamente,
con ello, ha demostrado que ha vuelto a la normalidad de lo
que es la vida y el respeto por los demás. Ahora bien, el
daño esta hecho. Puedo pensar que, podemos tener un momento
malo en la vida, pero siempre, hay una victima por medio.
Demasiadas circunstancias se dan en el mundo para que
llevemos también la violencia a los estadios o campos de
deportes sin motivo o con motivo.
Esta situación, no es nueva para los que estamos en el
fútbol desde hace años, aunque sufriendo lo que, nadie se
atreve a contar por miedo, intereses o por temor a la
represión que aplican algunos representantes del fútbol a
los que intentan mejorar la organización deportiva desde
hace años en la ciudad. Otro tipo de agresión que también ha
existido y existe en la oscuridad de la red que tienen
extendida por la ciudad.
Es muy complicado estar en el momento justo de la agresión
en cualquier terreno de juego e impedirlo o deducir lo que
puede pasar por la mente de cualquier agresor en un
santiamén, pero con la aplicación de medidas adecuadas se
puede evitar males mayores ¿quién hoy en día le planta cara
al problema?
Ahora bien, la gente del mundo del deporte y toda la
sociedad, están obligadas a poner los medios y luchar
continuamente por reducir el número de agresiones en los
terrenos de juego o estadios de competiciones nacionales y
de base. La buena disposición que ofrecen estos
“cantamañanas” cuando ocurre un hecho, no pasa por salir
públicamente en la prensa o en los medios audiovisuales y
decir al momento” vamos a tomar soluciones” y hasta mañana.
Soluciones que, a los pocos días han olvidado en un cajón.
La“gentuza” seguirá campeando a sus anchas en los campos y
los responsables del fútbol y el deporte ceutí, viviendo a
lo grande con sus amigotes. ¿A esto se le llama gestión?
Todos, conocemos en Ceuta que, situaciones como la de este
árbitro, quizás, hasta más grave, se han producido en los
últimos treinta años. Durante este periodo se habló y habló
de agentes de la autoridad en los terrenos de juegos en
categorías como Regional o juveniles e incluso en partidos
de base con riesgo. Se discutió sobre las ambulancias en los
terrenos de juego con motivo de algunos incidentes ocurridos
con la salud de los deportistas (hay que recordar el niño
que se tragó la lengua de un golpe). Se comunicó en varias
ocasiones, el cambiar los horarios a las categorías que
podían resultar peligrosas para el buen desarrollo de la
competición (Regional) y de suspender a perpetuidad del
fútbol a los agresores. Se dialogó con todos en contratar un
ATS en los campos, alternado días (lo único, que a veces se
cumple). Y se conferenció sobre muchas situaciones
favorables para nuestro fútbol local y la de situar
“directivos federativos” en los campos para vigilar las
situaciones adversas durante las competiciones locales. Pero
¿que se ha hecho en los últimos veinte/treinta años? Nada de
nada, duela a quién duela, y si se sigue con esta pésima
trayectoria, será muy difícil levantar la cabeza a un fútbol
ceutí que esta apunto de ser guillotinado.
Por distintos motivos que no quiero cuestionar hoy, la
Federación de Fútbol ni los Clubes han sabido dar con la
tecla con respeto a este asunto en los últimos años. Las
agresiones siguen sucediendo, la desidia de algunos clubes
sigue aumentando y el abandono de los jugadores al llegar a
la pubertad está a la orden del día, pero todos quieren
“Subvenciones y Subvenciones”, cuyo final no es beneficiar
al fútbol ceutí como deporte base, sino pagar altos sueldos.
Con todo esto en la mente, recapacito y pienso: El candado
está cerrado, la puerta sigue cerrada, yo no valgo y
¿Quiénes son los que valen en esta Ciudad?
Pero dispensen, no me acordaba que, estamos en Año Olímpico
(¿?) y la AD. Ceuta va a subir a la 2ª A, todo arreglado de
nuevo.
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