Una veintena de jóvenes participa desde ayer en el taller
‘Técnicas de Comunicación en Público’, que tendrá lugar en
la Casa de la Juventud hasta el próximo 27 de abril en
horario de tarde, de 17.00 a 21.00 horas. Con este espacio
formativo se pretende aportar a los alumnos las herramientas
necesarios para que deshinibirse cuando hablen ante un una
cámara, así como a aprender a escuchar a las personas.
Como facultad inmanente al ser humano, la comunicación ocupa
un lugar importante en nuestro día a día, tanto en el ámbito
laboral como en las relaciones personales. Sin embargo, en
ocasiones la timidez o el miedo escénico puede dar al traste
con una ponencia académica o una entrevista de trabajo, por
ejemplo. Aportar las claves para ejecutar un discurso claro
es el motor de arranque para el taller ‘Técnicas de
Comunicación en Público’, que comenzó ayer en la Casa de la
Juventud, y al que asistirán casi una veintena de personas
de entre 14 y 30 años hasta el próximo 23 de abril en
horario de tarde, de 17.00 a 21.00 horas aproximadamente.
Las clases son dirigidas por la presidenta del Consejo de la
Juventud, Mariam Mohamed, que comenzó el encuentro con una
dinámica de grupo “para que los jóvenes se presentaran, así
como para que expresaran sus necesidades” y, de esa forma,
moldear los contenidos del curso de acuerdo a la demanda.
Durante este espacio formativo, eminentemente práctico, se
tratará de aportar las herramientas necesarias para que
estos alumnos puedan “enfrentarse a un grupo grande de
personas, así como hablar ante un medio de comunicación,
ante una cámara de televisión por ejemplo”, expresó Mohamed,
“así como cuando hay que hablar ante un tribunal en un
examen oral de Magisterio, por ejemplo”. También se
comentaron diversas técnicas para ofrecer una rueda de
prensa. De hecho, tanto la oratoria como la retórica -el
arte de expresarse con corrección y eficacia, para deleitar,
persuadir o conmover- pasarán revista a lo largo de sus 32
horas de curso.
Aprender a escuchar
La comunicación es un proceso interactivo, del que se nutren
dos o más personas en un sistema de retroalimentación.
Precisamente por este motivo “se trabajará la escucha”,
agregó Mohamed, “puesto que estamos acostumbrados a hablar y
no escuchar a la persona que tenemos enfrente”. Un paso
importante es, además, “no sacar conclusiones precipitadas
sobre las personas”.
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