Enrique Ávila está recién llegadito de Kosovo: “No puedo
contar más que lo que ha dicho el gabinete de comunicación;
hemos ido con armas a todos sitios, pero no te diré si hemos
tenido que usarlas o no; aunque allí, cuando dices que eres
español, te miran de otra forma”. Tras cuatro días en
terreno español, toma el mando en la coordinación de las
jornadas geopolíticas y geoestratégicas por sexto año
consecutivo, los seis de vigencia con los que cuenta este
proyecto, que esta vez ocupará el análisis de afganistán,
una zona que carga con “40 años de guerra y de atraso”.
Pregunta.- ¿Por qué Afganistán?
Respuesta.- Se eligió hace dos años, cuando supimos que
haríamos Oriente Medio en 2007. El problema de fondo es el
mismo. El problema en Afganistán surge por el descontento
que hay en el mundo árabe por toda la cuestión Palestina.
P.- ¿Qué presencia tiene España en Afganistán?
R.- Alrededor de 750 efectivos. Se han aumentado en unos 40
ó 50 más. Nosotros allí hacemos dos labores: la general, dar
seguridad; y otra que consiste en arreglar desperfectos,
ayudar a superar 40 años de guerras y de atraso.
P.- ¿Qué tiene Afganistán de interesante geoestratégica y
geopolíticamente hablando?
R.- Pues posiblemente porque en Afganistán Occidente se está
jugando su credibilidad, su capacidad de liderar el mundo
globalizado. Credibilidad en cuanto a mantener la seguridad
y condiciones para que se desarrolle un mercado, y la
capacidad para apoyar a un país a que haga su transición la
democracia.
P.- La imagen que se tiene de Afganistán es de pobreza,
¿es real?
R.- Sí, precisamente ese fue el motivo de poner la película
(‘Kandahar’). La visión que tiene la gente de Afganistán es
cierta, lo que creo es que no nos hacemos a la idea día a
día de la dureza de esa visión. Pensamos en un país pobre,
pero no en un país en el que te pueden matar en el mismo
momento sólo por pensar diferente.
P.- Hable un poco más de eso.
R.- Hasta hace muy poco las mujeres tenían un grave problema
en Afganistán. No las dejaban estudiar, con lo cual, no
había ninguna mujer médico; ellos prohiben que un hombre
examine a una mujer, por tanto, si una mujer tenía un
problema en su aparato reproductivo se moría porque nadie
podía mirarla. En los partos morían muchas.
P.- ¿Y no había mujeres que vinieran de fuera?
R.- Ahora sí, antes no lo permitían. La mujer estaba
relegada a un segundo papel. Y eso que antiguamente
Afganistán antes de los años 80 era un país muy avanzado, no
económicamente, pero sí, culturalmente.
P.- ¿Es justa la información que dan los periodistas de
la situación allí?
R.- Supongo que la información que dan es buena, pero toda
la información que dan los periódicos llevan un sesgo
ideológico y no está bien visto que lleguen malas noticias
de Afganistán.
P.- ¿Es una amenaza Afganistán para Occidente?
R.- Occidente hoy en día no tiene por qué tener amenazas,
pero puede ser un error.
P.- ¿Cuál es el error?
R.- Hacer las cosas mal en Afganistán. Continuamente la
OTAN, que es a la que la ONU le dio la misión de imponer la
paz, está pidiendo efectivos. O, como dice muchas veces el
secretario general de la OTAN, más que efectivos, lo que
pide es que los que hay allí, se impliquen en zonas de
combate. Sin embargo los gobiernos que participan son
reacios a mandar a sus tropas a estas zonas, porque ninguno
quiere tener bajas.
Kosovo
P.- ¿Se recrudeció la estancia allí por la declaración de
independencia?
R.- La información solo la da el responsable de
comunicación. Debo ser respetuoso porque mis compañeros
todavía están allí. Sin saltarme la norma, hemos cumplido
muy buen con el trabajo que teníamos. ¿La situación? Unas
veces hemos estado mejor que otras.
P.- ¿Cuál era su vida diaria?
R.- La principal diferencia es que estás 24 horas
disponible. Ningún día es igual al anterior, no hay rutina.
|