Es lo que debiera ser, si las
cosas marchan como tienen que marchar desde el principio, ya
veremos, a lo largo de los meses venideros, si no hay alguno
que tiene que ceder su sitio para un sucesor, como puede ser
el ministro de Justicia, se me ocurre.
Dejando de lado esto, lo cierto es que hay algunos de los
que siguen que se lo tenían perfectamente ganado, por sus
actuaciones, tanto en los momentos agradables como cuando
vienen mal dadas, y ese es el caso de la vicepresidenta
primera, María Teresa García de la Vega, a la que la cayeron
“los marrones” más pesados y siempre dio la cara para estar
a tono con la situación, como por ejemplo en los incendios
de Guadalajara.
Dejando de lado preferencias partidistas o poses en plan de
figuras de la moda, García de la Vega, que en ese terreno no
se puede lucir, ha sido y seguirá siendo uno de los
principales soportes del presidente. Rodríguez Zapatero
depositó en ella su confianza y esta ha respondido y ha
correspondido muy por encima de lo que cualquiera podía
esperar hace cuatro años, por eso nos agrada su
continuación, porque ahí hay alguien que es y que ha
demostrado ser seria.
El que no sigue es el bejarano ministro de Trabajo, Caldera.
Al final de la legislatura los más afines al propio ministro
y al partido dicen de él que lo ha hecho bien, pero creo que
comenzó con fuerza y al final se fue desinflando, con lo que
sus posibilidades se vieron menguadas, por lo que pasará a
la historia como uno de tantos ministros, sin más. Para mí,
es mi propia opinión, “el traje le venía grande”.
Sí sigue, es uno de los que llevan muchos años en plan de
primer espada, Solbes, y creo que debía seguir para poner en
orden una Economía que bajo su batuta, en los cuatro últimos
años, ha ido dando bandazos.
Solbes ya fue ministro con Felipe González, quiero recordar
que de Agricultura y tiene tablas suficientes para poder
cumplir como un buen ministro, lo malo es si no le permiten
las circunstancias internacionales solventar lo que ahora
tiene aquí, no sé cual será el camino que quiere seguir, el
que ha traído hasta ahora no le sirve.
Aunque durante muchas semanas parecía que no iba a estar en
el nuevo Gabinete, Pérez Rubalcaba es otro de los que
seguirán y hoy por hoy es la cabeza pensante, me atrevería a
decir que el ideólogo del propio partido, y eso es lo que, a
veces, le hace parecer antipático o muy distante, pero
formación y base tiene de sobra para estar en un Consejo de
Ministros que va a necesitar de todo.
Particularmente conocí a Alfredo Pérez Rubalcaba en la
“reinauguración” del Instituto Jorge Manrique de Palencia,
cuando él era subsecretario de Educación, y debo decir que
en la “corta distancia” es muy distinto de lo que aparenta
en ese puesto de un Ministerio tan complicado como el que él
ha tenido que dirigir.
Parece que también sigue Moratinos, y no es precisamente lo
que más calidad debe dar al Ejecutivo, por más que a lo
largo de la historia se haya jugado, alguna vez, con ciertos
titulares de Exteriores a hacer ver que es un cargo para
representar la imagen bonachona o chistosa de un país. Hasta
ahora, que haya trascendido, no son muchos los éxitos
logrados por el jefe de la Diplomacia Española, a los hechos
incluso recientes nos podemos agarrar, a partir de ahora ya
veremos, y las relaciones con los E.E.U.U. pueden ser el
inicio de un cambio, por ejemplo.
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