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La primera piedra de la sede de la
Fundación Laboral de la Construcción en la ciudad autónoma
se pondrá inmediatamente después del verano, cuando la
Sociedad de Fomento PROCESA debería tener listo el proyecto
final de la obra, su licitación y su adjudicación. Arrancará
entonces un proyecto que tiene en vilo e ilusionado al
sector en Ceuta, donde el Gobierno autónomico tiene puestas
a su vez parte de sus expectativas de inversiones e
inducidas y desarrollo económico a corto y medio plazo para
la ciudad. El inmueble, que se levantará en una parcela
cedida por la Ciudad Autónoma, aparece en un momento en el
que la pujanza del sector inmobiliario parece frenarse, pero
ello no debería ser óbice para aplaudir la propuesta si se
tiene en cuenta la opinión del sector, que confía en que la
desaceleración contribuya a estabilizar un mercado del que
han vivido, viven y vivirán miles de personas. No obstante,
magnitudes macroeconómicas al margen, en cualquier caso el
asentamiento de la Fundación Laboral de la Construcción en
Ceuta debe ser recibida sin duda como una magnífica noticia
en una ciudad con los problemas de desempleo que tiene esta,
de sobra conocidos. Esta entidad paritaria, sin ánimo de
lucro, y formada por los principales agentes del sector [la
Confederación Nacional de la Construcción (CNC), la
Federación Estatal de Construcción, Madera y Afines de CC.OO.
(Fecoma-CC.OO.) y Metal, Construcción y Afines de UGT (MCA-UGT)]
se dedica a “profesionalizar el sector de la construcción,
impartiendo formación, fomentando el empleo de calidad y
concienciando de las correctas prácticas preventivas”. Sus
objetivos casan, pues, perfectamente con lo que necesita
Ceuta, que como el resto de ciudades no podría vivir tampoco
sólo de licenciados y diplomados. Sólo falta un compromiso
real y efectivo de empresarios, administraciones y
sindicatos para eliminar el subempleo barato e ilegal del
sector de la construcción procedente de Marruecos,
trabajadores de cuya precariedad se aprovechan los
desaprensivos con el único propósito de aumentar su cuenta
de beneficios.
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OPINIÓN / EDITORIAL
