He dejado transcurrir varios días, antes de escribir del
partido Getafe-Bayern Múnich, al margen de que el disgusto
por lo ocurrido influyera muchísimo en mi ánimo, para
rebajar la ira que me producen las críticas acerbas que le
están haciendo al Pato Abbondanzieri. Críticas
abanderadas, con insistencia inquisitorial, por el sabio
director del Diario As. El cual se tiene, sin duda, por jefe
de ese sanedrín futbolístico residente en Madrid.
Cuando alguien como Alfredo Relaño, cuya imaginación
para vender periódicos no le discuto, se convierte en
personaje capaz de analizar el fútbol de manera parcial y
siempre con ánimo de defender, he aquí una curiosidad, a los
futbolistas que sean más agraciados físicamente, uno no
tiene más remedio que pensar maliciosamente.
Comprendo, cómo no, que en mi comentario pueda haber una
punta de malicia que debiera haber evitado. Pero, ante
persecuciones tan injustas y ocultamientos de esas otras
“cantadas” gloriosas con que se viene prodigando el portero
del Madrid, me parece más que merecido que yo crea ver en el
director del diario As un aumento de su parte alícuota
femenina, debido tal vez a una confusión pasajera o a un
estado de ánimo concebido por arte de vaya usted a saber qué
situación...
Lo digo, basándome en aquella crítica que le hizo a
Costinha, cuando el jugador portugués jugaba en el
Atlético de Madrid y en la cual le decía que no sólo era mal
futbolista sino que también era más feo que Picio. Y desde
entonces no he dejado de cavilar al respecto. Máxime cuando
el glosador de los partidos de España en la 1 de Televisión
Española, sigue dando muestras inequívocas de que le cuesta
un huevo y parte del otro desistir de ese querer
demostrarnos que su amor por lo estético es consustancial
con su forma de entender la vida. De ahí que el hombre viva
en permanente comunión con Casillas y sin embargo sea
implacable con los demás guardametas. No sólo de España sino
del mundo Mundial.
Abbondanzieri, internacional de una selección reputada,
lleva tres temporadas parando en un equipo modesto. Cuyas
clasificaciones, noveno dos veces con él, y trofeo Zamora la
segunda, ha evidenciado que su fichaje ha sido el mejor
acierto de Ángel Torres, presidente, de entre todos
los que ha tenido y que han sido muchos. Guardameta
extraordinario, aguanta en el uno contra uno lo indecible;
cuenta con un saque orientado que es para que sirva de
ejemplo entre los chavales que quieran emularle; y se
muestra seguro en los balones por alto. Sin olvidar que
manda desde atrás y que se ha ganado el respeto de todos sus
compañeros. Incluso se permitió, en su día, recomendar a
Ustari, otro portero argentino, como buen sustituto suyo
de aquí a nada.
Pues bien, con tales antecedentes, y los fallos lógicos
cometidos en su larga trayectoria; el último, en vista de la
trascendencia, ha permitido que Relaño lo esté sambenitando.
Sin decir nada, por ejemplo de la metedura de pata de De
la Red: magnífico jugador en el medio campo, pero que
como central cometió un error imperdonable en una zona de
peligro, donde ha de primar la seguridad del despeje por
encima de querer salir con la pelota jugada. Un error
gravísimo el suyo y que le obligó a hacer una falta que le
supuso la expulsión cuando había jugadores que aún no habían
tenido tiempo para tocar el balón.
Abbondanzieri, tras haber estado sensacional en el
impresionante estadio alemán, tuvo que intervenir en el
Alfonso Pérez casi en sesenta ocasiones para arrebatarle el
balón de la cabeza a dos gigantescos delanteros, llamados
Toni y Close. Me hubiera gustado a mí, de verdad
de la buena, haber visto a Iker Casillas frente a
esos dos colosos de las alturas, resolviendo semejante
papeleta. Claro que entonces, ante los fallos reiterados del
madridista y sus continuas dudas en el área pequeña, lo
socorrido, como ya es habitual, hubiera sido meterse con los
centrales. Como si en estos momentos, y por bien que lo
estén haciendo los defensores del Getafe, pudiera ponerse en
duda que no son superiores los del Madrid.
En fin, que el director del Diario As, en cuanto ha podido,
le está pasando factura al portero del Getafe, quizá, por
haber dicho recientemente, al ser preguntado una y otra vez
por si Casillas es el mejor portero del mundo –vaya pesadez
y qué horterada-, que lo primero que debería aprender es a
saber colocar el balón en juego. En suma: jugar bien con los
pies. Y bien caro que está pagando el hablar sin someterse
al rigor de los convencionalismos. Por eso y porque Relaño,
tal vez, lo tuviera ya apuntado en la misma libreta que a
Costinha.
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