El ‘I Coloquio de Estudios Especializados de la Antigüedad’,
organizado por la delegación ceutí de la Universidad
Nacional de Educación a Distancia (UNED), se clausuró ayer
con una visita a los distintos solares y prospecciones
arqueológicas de la ciudad, conducida por el arqueólogo
municipal, Fernando Villada, y por el gerente de la empresa
Arqueotectura, José Suárez. El paseo comenzó a las diez de
la mañana desde la Plaza de África, y la primera parada en
el camino tuvo lugar en el yacimiento fenicio en los
aledaños de la Catedral.
El grupo estuvo compuesto básicamente por los asistentes a
las ponencias que tuvieron lugar desde el pasado 9 de abril,
entre los que figuraban varios alumnos del módulo de
Auxiliar de Bibliotecas, Archivos y Museos de la Escuela
Taller ‘Tomás Figueras’. Sobre el desarrollo de esta
expedición urbana, fue “muy interesante, además de la
necesaria parte palpable de los datos que nos han ofrecido
los ponentes durante el coloquio”, comentó uno de los
asistentes. Entre ellos, Loli, María José, Ana María,
Roberto, Sandra, Sumaia, Rafea, Siham y Samira; ellos
cubrieron a pie los doscientos metros que separan el Parador
La Muralla de la Basílica Tardorromana, “puntos que
delimitan la industria del salazón” que descansa en el
subsuelo de la ciudad, según Villada.
El siguiente alto en el camino fue, como no, la basílica,
descubierta en el año 87, y “uno de los hallazgos más
importantes de Ceuta” porque no se han encontrado en África
manifestaciones cristianas de la Antigüedad en tan buen
estado de conservación. La planta de la Basílica
Tardorromana “presenta la totalidad de su planta”, comentó
el arqueólogo municipal y psee la calificación de Bien de
Interés Cultural (BIC), que es segundo máximo grado de
protección del patrimonio, distinción de la que gozan, por
ejemplo, “la catedral de Burgos, Atapuerca o la Giralda de
Sevilla”, apuntó Fernando Villada.
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