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sociedad - DOMINGO, 13 DE ABRIL DE 2008


vista de ceuta. archivo.

demografía
 

La ciudad ha perdido una
media de 991 ceutíes al
año en la última década

Los naturales de Ceuta se expanden
por las distintas provincias del país
en tanto que casi 25.000 peninsulares
han establecido momentáneamente
su residencia en la ciudad autónoma

CEUTA
Antonio Gómez y África Avalos

local
@elpueblodeceuta.com

Los datos oficiales aportados por la Ciudad Autónoma no dejan lugar a dudas y confirman la tendencia de los naturales de Ceuta a abandonar la ciudad para establecer nuevos horizontes profesionales fundamentalmente en la España peninsular.

La población natural de Ceuta, dada de baja por cambio de residencia desde 1996 hasta hoy en día, confirma esa tendencia. Un total de 9.916 caballas han decidido abandonar la ciudad por muy diversos motivos, pero fundamentalmente por “falta de oportunidades, crisis económica, carencia de servicios o por reunificación familiar”, han analizado para EL PUEBLO expertos sociológicos.

Tenemos ceutíes prácticamente en las 51 provincias españolas restantes de nuestra organización territorial y, por tanto, en todas las comunidades autónomas. Fundamentalmente Andalucía, comunidad en la que se han diseminado 5.667 caballas a lo largo de los últimos 10 años. Las provincias de Cádiz (2.494) y Málaga (2.056) son las receptoras principales por ser las elegidas mayoritariamente por los ceutíes que deciden reinstalarse en la península.

Madrid, Cataluña, Valencia y Canarias son las que le siguen en números de ceutíes inscritos en los respectivos registros con 758, 631, 590 y 398 respectivamente. En el mapa que reproducimos se aprecia el número de ciudadanos ceutíes repartidos por la geografía española.

Ceutíes de segunda generación

Han sido casi 10.000 los caballas que marcharon de Ceuta en la última década. Es decir, casi una media cercana al millar por año, lo que ha provocado un descenso de caballas naturales y, por tanto, el tan famoso desarraigo que se produce y que afecta fundamentalmente a la cada vez más complicada tarea de mantener las tradiciones que han marcado el devenir histórico de una ciudad que sociológicamente se encuentra actualmente en un evidente proceso de transformación inducido desde que el Estado hace 25 años ‘manipulara’ para siempre su realidad social.

Actualmente ya hay ceutíes de segunda generación en la península. Son los hijos de cuantos han tenido que emigrar por diferentes causas. Vástagos que han visto la luz en las provincias de nueva residencia de estos ceutíes del éxodo. Sólo en Barcelona, la Casa Regional calcula que entre sus socios, al menos un centenar de ‘catalanes-ceutíes’ son nuevos valores incorporados a la población con ascendentes caballas. Algo que se repite sistemáticamente en todas y cada una de las provincias del país donde se han afincado ceutíes

Causas del éxodo


Principalmente, aunque otros factores también han influido, la causa es la falta de oportunidades. Los jóvenes universitarios que acaban la licenciatura de cualquier especialidad no hayan la forma de incorporarse al mundo laboral en su lugar de nacimiento. Son muy pocos [niveles casi imperceptibles] los que consiguen estabilidad laboral en su ciudad.

Por otro lado, los ceutíes jubilados [que han logrado obtener una segunda vivienda en la costa] acaban por cruzar el Estrecho definitivamente, o bien reunirse con sus hijos previamente instalados en cualquier punto de la geografía peninsular o insular.

Mención aparte para los empresarios. A nadie le ha pasado desapercibido el cierre de de comercios históricos de la ciudad en los últimos dos lustros. El capital, siempre temeroso, no soporta los vaivenes y las inseguridades políticas que se han producido en la última década. La falta de competitividad, el notable descenso de la economía ceutí donde el Bazar dejó [desde finales de los 90] de ser el motor, ha sido causa de éxodo empresarial [principalmente Canarias] hacia lugares de mayor estabilidad administrativa.

En la pérdida de población ceutí se evidencia unos niveles amplios en el trienio 2000 -2003 donde se concentra el mayor número de abandono de la ciudad. Sin desdeñar otros motivos a considerar, la ‘persecución’ del Ministerio de Hacienda hacia la histórica forma de importar de los empresarios ceutíes con un modelo fiscal en claro ‘Off Side’ por la incapacidad de implantar mejores métodos operativos, implicaron una lluvia de denuncias administrativas por, nada menos, que “contrabando”. La exención en el territorio del abono del Impuesto sobre el Valor Añadido y las constantes peticiones de devolución de IVA fue, según analistas económicos, el motivo de la intervención de Hacienda. Hecho que culminó con la acusación sobre varios empresarios ceutíes de un delito de contrabando y con la intervención de la Cámara de Comercio y de la Ciudad Autónoma ante las instancias del Estado [esta situación aún colea en los tribunales]. Por tanto, la huida de algunos inversores a territorios más “seguros”, fue una constante en los tres primeros años del nuevo siglo.

¿Desarraigo?


El éxodo de la población natural de Ceuta, casi 10.000 en la última década, provoca un preocupante desarraigo que las administraciones deberían atajar con políticas de futuro claras y definidas. Más allá de afirmar que “hay más vida al otro lado del Estrecho” que dijo el delegado del Gobierno, los analistas informan de que debe propiciarse escenarios en los que los “mejores” [ceutíes especialistas, profesionales en cualquier sector] encuentren en su “ciudad natal un lugar de estabilidad profesional y laboral”. El peligro que se está corriendo, “ya es una evidencia”, se centra en que para cubrir puestos de mayor enjundia se acude a la importación de profesionales que llegan a la ciudad a “cubrir el expediente”.

Mientras esto ocurre, en Ceuta permanece mayoritariamente una población que, por causas a analizar con mayor profusión, se encuentra en unos niveles de preparación, cuanto menos, limitada afectando como consecuencia de ello a las tasas de desempleo, que intentan paliarse con planes específicos que no cuajan ni se relacionan con una mayor productividad.

Campus universitario, mejores condiciones fiscales y de apoyo administrativo a la inversión y un trabajo eficaz sobre el modelo económico de Ceuta, junto con un mejor servicio pueden ser medidas que unido a la especial protección de nuestros JASP [jóvenes aunque sobradamente preparados], pueden ser la base para evitar en el futuro un desarraigo total de la histórica población ceutí
 


Frenar la sangría

El estudio que acomete el diario El Pueblo de Ceuta, centra la atención sobre un fenómeno poco investigado, pese a la innegable trascendencia que el mismo tiene sobre el devenir social y económico de nuestra ciudad: el éxodo de la población de origen ceutí hacia otras ciudades del territorio español. Pese a que el trabajo no despeja algunas incógnitas que ayudarían a comprender mejor el fenómeno tales como el nivel de estudios; la profesión; el sexo o el estado civil de los ciudadanos afectados –ampliación que animamos a que se produzca en sucesivas ampliaciones del trabajo- los datos suministrados nos permiten una primera aproximación a dicho fenómeno.

El desarraigo que estos movimientos poblaciones provoca tiene unas causas inmediatas –falta de oportunidades, crisis económica, carencia de servicios, reunificación familiar- como acertadamente señala el articulista, pero creemos que no son las únicas que impelen a los ceutíes a desgajarse de la tierra que los ha visto nacer y de su entorno personal. De hecho muchos profesionales cualificados, médicos por poner un ejemplo cercano y conocido por todos, se ven obligados a pedir traslado a otros lugares por carecer en su lugar de trabajo de los recursos materiales necesarios para desempeñar con la eficacia y seguridad que la naturaleza de su función precisa.

Las escasas posibilidades de formarse, en el caso de los jóvenes que comienzan, o de completar la formación ya adquirida, que es el caso de los profesionales (médicos, arquitectos, abogados, ingenieros…), debido a una oferta universitaria insuficiente y con incipientes infraestructuras y a una formación de post-grado apenas existente, coadyuvan al agravamiento del problema.

Cierra este cuadro las dificultades que encuentra el empresariado ceutí para poder remontar con éxito la crisis económica, debidas, fundamentalmente, a la poca flexibilidad del actual régimen fiscal y a la existencia de una legislación fiscalizadora de las importaciones, a nuestro juicio, obsoleta y que se desvía de la finalidad a la que debería servir, circunstancias todas ellas que provocan un estrangulamiento de la actividad comercial que obliga a buscar otros horizontes geográficos en los que el empresario pueda desempeñar su trabajo con una mayor seguridad jurídica.

Coincidimos con el articulista en que es imprescindible adoptar, de manera inmediata, políticas que frenen esa continua sangría de activos humanos porque éste activo es el fundamental para consolidar una estructura productiva que –con un nivel profesional adecuado a las necesidades de nuestra ciudad y una afectividad a la tierra como la que son capaces de desplegar los oriundos- haga posible alcanzar en el futuro las cotas de progreso y bienestar de las que disfrutaba antaño nuestra ciudad.
 

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