Incineradora o planta de reciclaje?, ¿planta cementera o
hacerla más ecológica?, ¿ampliación de la Desaladora hasta
el punto de que haya excedente de agua…¿para el campo de
golf?... o simplemente una mejor gestión del agua?, ¿EDAR al
lado de una población o lejos de ésta?, ¿ampliación de la
central eléctrica de manera convencional o buscando fórmulas
más ecológicas?, ¿residencias de lujo o viviendas
asequibles?...
El caso es que la elección de una acción que afecta a toda
una población debería ser más fácil de lo que aparentemente
es. Sería suficiente con poner en una balanza los pros y los
contras para esa población que no para los intereses
partidistas o económicos que camufladamente hay siempre de
por medio. Si la población se mantienen al margen de estas
grandes decisiones que se toman dentro del gabinete, los
intereses de sólo unos pocos ganarán siempre, inclinándose
irreparablemente la balanza. La posición social es clave en
la gestión de un Ayuntamiento, porque es ahí donde se cuecen
las decisiones que nos afectan a todos. Además de la
posición de las grandes empresas, que deben aplicar
urgentemente y de verdad la I+D+E.
Hoy que se dice que está de moda la sostenibilidad, hay
quien sigue pensando que es eso, una moda y como tal
efímera, los estudios que se llevan haciendo desde finales
del siglo pasado, donde por suerte empezó todo siendo
consecuente con graves evidencias…demuestran lo contrario,
lo contrario a moda…. La percepción de los problemas
ambientales por parte de la sociedad ha ido cambiando a
medida que esos problemas le han ido afectando y gracias a
todos los científicos que nos exponen de manera transparente
el porqué, el cómo, el cuándo, el dónde y el a quién
afectan…pero el origen del ecologismo no hay que buscarlo
sólo en la difusión de informaciones científicas sino
también en la experiencia del deterioro en la calidad de los
ambientes naturales locales y en el deterioro de las
condiciones de vida de las ciudades altamente industriales.
El análisis de la percepción social de los problemas
ambientales, es complejo. A base de estudios estadísticos
donde son analizados independientemente sectores por edad,
por sexo, por ocupación, por nivel de estudios, por estratos
sociales, por distintos grados de industrialización, así
como por creencias religiosas, se llega a la conclusión
siguiente;
Parece difícil localizar la emergencia de la conciencia
social ecológica en una sola fuente; Se trata de un rasgo
social de gran complejidad, cuyo desarrollo puede conectarse
con varios frentes distintos:
Las posibilidades abiertas por las condiciones de vida en el
Norte y con la expropiación de recurso naturales vitales en
el Sur.
Con la difusión de informaciones científicas.
Con la aparición de formas particulares de espiritualidad,
donde como para nuestros ancestros los ELEMENTOS tierra,
aire, agua, no existen para nuestro antojo e intereses sino
que formamos parte de ellos, afectándonos lo que a ellos les
afecta.
Con peligros tecnológicos que no hacen distingos en cuanto a
la posición social- triste es recordar la radioactividad de
Chernobil.
Y con la incidencia desigual según clase, raza o situación
geográfica de las industrias productoras de residuos
tóxicos.
Poco peso tienen aquí la edad y el sexo si bien es cierto
que los jóvenes son más propensos al activismo ecológico y
que las mujeres por su instinto proteccionista son más
propensas a cuidar de su entorno.
Son el dinero y el poder el que con sus continuos “pisoteos”
en nombre de un falso “progreso” los que han conseguido que
nos encontremos ante un fenómeno histórico de considerable
trascendencia.
“Cambiar el rumbo” supone un cambio cultural donde se esté
dispuesto a ser menos materialista y es aquí donde se choca
de frente con el devorador consumismo impuesto a golpe de
anuncios y snobismos efímeros. Hay que ser optimista en este
sentido y estar dispuesto a superar esa “adicción” a
“devorar productos” pues cuando todos nos quejamos de lo
mismo es que existe un problema ¿no?
La duda existencial plasmada en la obra de Shakespeare ¿SER
O NO SER? Nos acompaña siempre. Ser feliz, tener una
existencia digna y placentera es anhelo de todos, desde que
el hombre es hombre, sin ese anhelo, SER se convierte en una
condena. En nuestras manos está por lo menos intentarlo,
cambiando malos hábitos y utilizando la balanza de pros y
contras en las grandes decisiones, y para ello sólo y digo
sólo, sin más, hay que ser consecuente con lo que uno se
responde cuando se formula… ¿Mantener el equilibrio natural
o no mantenerlo? He ahí el dilema….. That is the cuestion.
|