Ya lo que nos faltaba, que además
de costarnos un riñón y además de atenderlos como es debido,
para que vivan, seguramente, ,mucho mejor que en su país,
encima nos vengan con exigencias, aquellos que han entrado
en nuestro país de una forma totalmente irregular.
Hay una cosa importante, darles acogida, pero no creo que
eso tenga que ser para siempre, y si además de tener que
soportar el mucho peso de la emigración irregular, esos
mismos que entraron sin papeles quieren tener todos los
derechos, o más que los nativos de este país, entonces es
que nos han tomado por “el pito de un vigilante nocturno”,
que en otros tiempos se llamaban serenos.
Todo esto viene, porque hay un grupo de 72 hindúes que
abandonaron voluntariamente el CETI a principios de semana.
De aquí pasaron a refugiarse en la parte baja de los
pantanos y ahora quieren reclamar a la Delegación del
Gobierno una solución para su actual situación.
No me explico nada de esto, y mucho menos me lo puedo
explicar habiendo estado muchos meses en la emigración, en
un país tan serio como Alemania, y hace ya bastantes años,
con lo que la primera pregunta que se me ocurre es ¿Acaso
ahora vamos a tener que ser sus guías?¿Por qué no se dirigen
a las autoridades diplomáticas y sociales de su país, que
estén acreditados en España, para que sean ellos quienes les
solucionen los problemas que tengan?.
Aquí, en España, aunque haya quien nos haga ver que todo
está muy bien, hay multitud de problemas que podrían
solucionarse, en parte con los gastos y atenciones que se
dedican a quienes entraron fuera de la legalidad.
El problema está en que deben haberse enterado de que van a
ser devueltos a su país, y es lo normal, porque lo que no es
normal, de ninguna de las formas, es que se vayan del CETI,
se monten ahí, donde se han instalado, una tienda para
vivir, y nos hagan dar la imagen de país despreocupado de
estas gentes. Lo que nos faltaba.
Además, una vez fuera del CETI, la pregunta que habrá que
hacerse ahora es ¿De qué viven?. De sus medios no lo creo,
de la mendicidad no debiera tolerarse y si es de otras cosas
ya veremos en qué circunstancias, porque aquí, en la España
de nuestros días, la delincuencia estaría casi erradicada de
no ser porque hay gentes que han llegado, no tenían de donde
comer, tenían ansias de progresar y, muchos de ellos, han
cogido el camino más corto, “entrar a buscarlo donde lo
hay”, sea por el medio que sea.
Y ya es lamentable que tengamos que estar preocupados de
estos que en su día se colaron irregularmente aquí, mientras
que no nos paramos a dar una solución a algunos de nuestros
vecinos o conocidos que envían un currículum vitae, buscando
un puesto de trabajo en términos casi suplicantes como:
“Soy persona responsable y emprendedora, me gustaría que me
llamaran para lo que fuera porque necesito incorporarme lo
antes posible a un trabajo”.
A personas como esta generalmente no se las atiende a su
debido tiempo. A los que nos traen los problemas de fuera
parece que hay obligación prioritaria de solucionarles sus
problemas. Es una de las muchas cosas que no he entendido y
me parece que por el camino que vamos seguiré sin entender.
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