Pregunta.- ¿Cómo surgió la idea de escribir este libro?
Respuesta.- La idea comenzó cuando inicié los estudios de
Doctorado en la Universidad de Sevilla. Yo quería hacer la
tesis sobre el tráfico de drogas pero el catedrático que la
dirigía me dijo que ese era un tema muy trillado en el que
poco podía aportar. Entonces me propuso hacerla sobre
violencia de género. Al principio pensé que de este tema
tenía poco que decir en materia jurídica pero luego vi que
no. Dentro del ámbito de la violencia de género yo me decidí
a escribir sobre los trámites procesales. Me metí a ver que
antecedentes había, la problemática en las competencias de
los juzgados de violencia sobre la mujer, miré la diferencia
que había entre le legislación y su evolución anterior,
etcétera. Luego también me di cuenta de que debía tocar el
tema de las medidas judiciales de protección y seguridad de
las víctimas así que hice un estudio más concreto de las
llamadas ‘órdenes de protección’ recabando información sobre
su aplicación en los juzgados y sus lagunas.
P.- ¿Cual señalaría como la gran novedad?
R.- Hago referencia a un tema curioso y poco tratado que
tiene lagunas y que es la violencia sobre la mujer
extranjera, desde un punto de vista práctico. De lo que se
trata es de dar solución a estos problemas que yo ya sufrí
diariamente como titular del Juzgado de Instrucción número 1
de Aracena, por lo que sé qué dificultades se presentan en
la práctica. También hago referencia a la creación de una
nueva figura que es la del fiscal delegado de violencia de
género. Analizo sus funciones y cual debería ser su
participación en los procesos civiles y penales. Por último,
hay que tener en cuenta que con la ley cambió la competencia
territorial del tribunal que se hace cargo de los hechos, ya
que antes se establecía el juzgado del lugar donde se había
cometido el delito y ahora se realiza en el tribunal
competente del sitio donde reside la víctima.
P.- ¿A quién va dirigido el libro?
R.- No está destinado solo al ámbito judicial sino a todos
los operadores que intervienen en esta materia, como Cuerpos
y Fuerzas de Seguridad del Estado, abogados, cuerpo
sanitario, maestros y a todos los interesados en conocer el
tema desde el punto de vista procesal de una forma práctica.
P.- Los casos de denuncias interpuestas por hombres van en
aumenta. ¿Cual es la situación en esta ley?
R.- Esta normativa tiene 116 cuestiones de
inconstitucionalidad que se han planteado, porque se decía
que no se podía legislar en función de que el sujeto activo
fuera un hombre y el pasivo mujer. El tema está en que
cuando la agresión se produce de hombre a mujer es delito y
de mujer a hombre es falta. Hasta el momento no se ha
resulto ninguna cuestión pero mi opinión es que la ley ataja
el problema de la violencia sobre la mujer pero se olvida
del resto de agentes sensibles de sufrir agresión, como
menores, discapacitados y hombres. Yo no pienso que la ley
sea inconstitucional porque existe una discriminación
positiva que se fundamenta en que cada vez hay más
agresiones y hay que ponerles freno con el endurecimiento de
las penas.
P.- En muchos casos la denuncia produce un daño a la imagen
del hombre sin haberse demostrado su culpabilidad, ¿cómo se
recoge esto?
R.- Este es el problema de tener tanta alarma social con el
tema de la violencia sobre la mujer. Yo entiendo que los
cuerpos de seguridad tengan una circular, pero si se trata
de una denuncia de maltrato detienen inmediatamente a esa
persona, mientras que para otro tipo de delitos sólo se les
toma declaración. Para mí es lo mismo, lo que hay es que
valorar el peligro y el riesgo. No es lo mismo denunciar una
simple coacción a sufrir una agresión fuerte, pero lo que no
se puede hacer es proceder a la detención por el mero hecho
de denunciar sin hacer ninguna diligencia más. Así, a lo
mejor se sufre una situación de daño moral sin motivo.
P.- ¿Cómo se tratan estas cuestiones en los juzgados de
Ceuta?
R.- Aquí no hay un juzgado específico para violencia de
género y esa es una de las conclusiones más importantes que
saco en el libro, porque ahora se van a crear en 15 lugares
con menos volumen y población que Ceuta. De todas formas,
mientras todos los partidos judiciales no cuenten con este
tribunal no estaremos cumpliendo los preceptos de la ley.
Aquí esta labor se compatibiliza con la labor ordinaria en
el Juzgado de Instrucción número 4, pero eso provoca que no
se atiendan los procesos adecuadamente por el volumen de
trabajo. Esto hace que la mujer muchas veces no se decida a
dar el paso adecuado y denunciar la agresión, y no se le
presta asistencia, ya que no se canaliza de forma adecuada.
Por ello, mi compañero del Juzgado número 4 ha hecho varios
informes, al igual que la Secretaría de Gobierno, el Colegio
de Abogados, el de Procuradores y la Delegación del
Gobierno.
P.- ¿Piensa que los habitantes de un territorio con tanta
mezcla de culturas como Ceuta están concienciados sobre la
violencia de género?
R.- Aquí ocurre muchas veces el mismo caso que en el ámbito
rural. No es una generalidad, pero hay un porcentaje muy
pequeño que denuncia porque piensa que así va a obtener una
orden de protección, y esto es algo así como el título que
le dan a muchas personas para poder acceder a muchas ayudas:
sociales, de vivienda, de renta de empleo, inserción. Es
más, se ha detectado algún caso en el que hay una
connivencia entre agresor y víctima para denunciar, obtener
la protección y después solicitar una ayuda. Esto hace que
la mujer que realmente ha sido maltratada muchas veces no se
atreve a denunciar. En esta variable también entras la
cultura musulmana que hay en Ceuta, porque las mujeres
consideran que deben aguantar al hombre porque Dios les ha
concedido el derecho a vivir con esa persona, así que lo
llegan a aguantar todo y no denuncian. Lo mismo ocurre con
el ámbito rural, donde no se ha llegado a esa
sensibilización y esa prevención, donde la mujer piensa que
se casa para toda la vida y tiene que aguantar lo que le
echen.
P.- ¿Cómo se podría evitar esto?
R.- Por el principio de mediación. Si el juez le tomara
declaración a todas las víctimas y no lo hiciera el
funcionario, se daría cuenta perfectamente de cual miente,
cual no y las contradicciones que se produce. Pero como en
Ceuta no hay un juzgado específico, es imposible que el juez
realice todas las declaraciones porque tiene causas civiles,
penales, con preso y además violencia de género.
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