Simplemente, la vida misma se
encarga de recordarnos que no somos nada en la inmensidad
del Universo, que somos unos bichitos de una comunidad
perdida en la oscuridad luminosa de una galaxia y que somos
falibles y prescindibles cuando el motor de nuestro cuerpo
deja de funcionar. Es ley de física, no religiosa.
En tiempos, algo no tan lejanos la verdad, la gente creía
que el Dios al que confiaban sus oraciones era el único que
podía o no curar las enfermedades, de hecho los frailes y
monjes así lo hacían creer, por encima de los médicos que
entonces eran peluqueros o sacamuelas. Hoy en día aún existe
gente que creen lo mismo: la oración curará y si no, es
voluntad del Señor…
Bueno, yo no creo en eso. Creo más en la ciencia que
desarrolla medicinas y técnicas sanitarias que en la palabra
de un cura al pie de la cama del enfermo. A fin de cuentas
cuando morimos es por fallo de nuestro motor vital, tanto
sea por envejecimiento o por avería provocada por manos
ajenas o propias. La mano de Dios nunca se mete en éstos
asuntos, cuando más, ayuda a meter goles.
Y hablando de goles, siento mucho el fallecimiento de Emilio
Cózar. Echo mucho de menos sus recuadros de prensa. Me reía
mucho con ellos y me hacía pasar unos minutos agradables con
su lectura, pese a que nunca estuve de acuerdo con sus
opiniones, invariablemente iguales. Espero que, sentado con
Quién siempre haya estado alabando y orando, prosiga sus
escritos para regocijo de los ángeles y demás santos
habitantes del espacio celestial religioso. Que descanse en
paz.
Poniendo los pies en tierra, que ya era hora, veo que los
gerifaltes caballas del PP y sus fans siguen empeñados en
arrear guantazos de miedo a la ciudadanía con el cuento del
descuento de tropas. Exageran lo suyo. Si no recuerdo mal,
fueron los propios peperos los que destruyeron la economía
ceutí con la desaparición del servicio militar obligatorio,
creo que estaba Trillo al frente. Los socialistas aún no
gobiernan el país, cuando menos en funciones, y por tanto no
pueden tomar decisiones decisivas si es que no fueron
aprobadas antes. Pero lo de reducción de personal militar ya
estaba cantado hacia tiempo, y eso no creo que lo ignoren
nuestras autoridades que saben aprovechar los huecos para
sacar tajada del asunto. Simplemente para seguir amarrando
la presunta inocencia del ciudadano… más aún cuando todas
las mesas de las pasadas elecciones estaban presididas por
casi todos los peperos o afines al PP, sean o no militares,
viudas o huérfanos. Hay que mirar con lupa la composición de
la Junta Electoral local ¿no creen?
En fin, como son elucubraciones mías y no pasa de ser una
opinión personal, no creo que afecten a nadie de verdad.
Cada cual puede opinar libremente de lo que le salga de su
cerebro, atrofiado o no, y exponerlo en público… con la
condición de que no de opción a supuestas alarmas sociales,
que es lo que están haciendo los catastrofistas de siempre.
Espantar a las musarañas es bueno, siempre que no espanten
al resto. Dudo mucho que nuestro presidente, Juan Jesús
Vivas, haya declarado lo que declaró por iniciativa propia.
El sentido común prevalece, con mucho, en nuestro presidente
y sólo forzado por su propio partido se vería obligado a
declarar cosas que no encajan con su forma de ser ni de
dirigir.
El tiempo del peloteo, al parecer, tiene sus días contados y
hoy prevalece la física cuántica que inunda el tiempo y el
espacio de nuestra sociedad. Hacer comparaciones entre
nuestro Ejército y las industrias o empresas no es de
recibo. Esto recuerda los tiempos feudales en los que los
señores de los castillos se rodeaban de ejércitos para
defender sus posesiones del vecino… mala tendencia. El Señor
Oscuro no existe.
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