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OPINIÓN - JUEVES, 10 DE ABRIL DE 2008

 

OPINIÓN / PERSONAL Y TRANSFERIBLE

En memoria de Pepe Benítez (q.e.p.d.)
 


Domingo Ramos
domingoramos@elpueblodeceuta.com

 

Se me hace imposible pergeñar unas letras en memoria de mi más que querido amigo José Benítez Carrillo (q.e.p.d., para todos “Pepe Benítez”. No hay límites para mis lágrimas. Y si es cierto que desde que nacemos estamos esperando la muerte, también lo es que nunca pensamos en que esto pueda producirse. El pasado sábado por la mañana, sin ir mas lejos, en conversación telefónica, me decía que se encontraba mejor de su dolencia, una afección de corazón (tratándose de él no podía ser de otra forma) que le llevó a Madrid para someterse, según me indicaba, a un implante de “sping” para dilatarle una arteria que tenía obstruida y que venía siendo la causa del mal que le aquejaba. Pero, como era su costumbre, a su mal no le daba importancia, sin que ello quiera decir que se daba a excesos de ningún tipo, pues, por poner un ejemplo, jamás en su vida probó ni siquiera un cigarrillo. Se me “quejaba” de que ni en el hospital podía olvidarse de mi pues tenía un compañero de habitación que se llamaba Domingo. Y me hablaba del partido de su Real Madrid. O sea, no teníamos la impresión ni yo ni, por supuesto, él del fatal desenlace. Aquella noche me dieron una de las noticias mas tristes que he recibido en mi vida: Pepe Benítez, debido a un fallo de su corazón, ese corazón que tanto entregó por los demás, ha muerto. Y se ha ido, además de un esposo y padre ejemplar, un verdadero amigo.

Pepe Benítez ha sido una institución en Ceuta en todos los ámbitos donde ha desarrollado el ejercicio de su labor tanto como funcionario administrativo del Parque de Artillería (al que pertenecía desde su mas tierna juventud desde su inicio en la Escuela de Aprendices del Ministerio de Defensa hasta la terminación de sus estudios de maestría industrial en que pasó a engrosar la plantilla del citado Parque y, posteriormente, a desarrollar las funciones administrativas en el mismo donde se produjo su jubilación) o como Monitor Deportivo en el Departamento “Educación y Descanso”, que le dio ocasión de desplazar a diversas capitales de la península a innumerables equipos tanto masculinos como femeninos en distintas disciplinas deportivas habiendo impartido también clases en el Colegio de la Inmaculada y en el de las Hermanas Adoratrices de nuestra Ciudad. También ejerció durante varias temporadas como árbitro de la división de honor nacional de balón-mano, de presidente de la Federación Ceutí de Fútbol-Sala, colaborando muy activamente con el Comité Organizador de Fútbol de Empresas (C.O.F.E.) y de vicepresidente y presidente de la Barriada José Zurrón en la que ha dejado muestras de su quehacer en pro de la vecindad que le distinguía con su aprecio. Pepe Benítez creyente en Dios y practicante de la fe católica, ha sido durante mas de cuarenta años miembro de la Cofradía del Santo Entierro y, últimamente, pertenecía a la del Medinaceli.

Disponía Pepe Benítez de innumerables galardones deportivos y de otras parcelas sociales en mérito a su nobleza, caballerosidad, entrega y desprendido afán por el bien de los demás, méritos que avalan el que, por parte de la autoridad deportiva autonómica, se denomine a la pista deportiva municipal de la Barriada José Zurrón con el nombre de “José Benitez” (que desde este periódico ya hemos reivindicado en otras ocasión) por los desvelos dedicados a la misma, las actividades deportivas desarrolladas y los méritos públicos y notorios por él contraídos como impulsor y colaborador de su construcción..

Podría contar muchas vivencias pasadas con Pepe Benítez, pero en estos momentos solo me quedan ánimos para hacer patente mi sincero pesar y el de toda mi familia a Paqui Castañeda su abnegada esposa, a sus hijos Maria de África y Javier, a su hija política Mari Ángeles, a sus nietos, hermanas y demás familiares, al tiempo que rogamos a Dios (en quien él depositaba su confianza correspondiendo a las arraigadas creencias cristianas que siempre llevó presente en sus actos) lo tenga a su lado, en lugar preferente, donde descansan los elegidos, que por su hombría de bien y ejemplo de vida, lo tiene mas que merecido.
 

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