En un accidente de tráfico, las víctimas no son los únicos
afectados, sino que al lugar de los hechos llegarán
familiares y amigos de los damnificados que atravesarán
posiblemente por una situación de crisis. Este es el motivo
por el que la organización Cruz Roja comenzó ayer la
formación de voluntarios en Apoyo Psicológico, para que
puedan atender a las personas que pasen por un momento
delicado, ya sea “tras una catástrofe natural, un atentado o
un accidente de tráfico”, comentó ayer la psicóloga que
imparte las clases, Alicia Cordente.
Este módulo sobre Apoyo Psicológico ofrecerá, a lo largo de
diez horas de formación, las herramientas necesarias para
que los voluntarios sepan escuchar a los familiares de
víctimas de manera correcta, “para comunicarse con ellos con
tranquilidad“, y para conseguir que éstos asuman tareas
complicadas como la identificación de cadáveres. Por ello,
este espacio formativo ofrece también “estrategias para
enfrentarse al stress, que se puede manifestar tanto en
víctimas como en sus familiares de las víctimas”.
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