¡Que gran película aquella de
:”Las bicicletas son para el verano”!. Dejando a un lado
esta gran película, pienso que las bicicletas no son sólo
para el verano, sino para cualquier fecha que el tiempo lo
permita. Además de darse un paseo, se va haciendo ejercicio,
un ejercicio que no contamina para nada en absoluto,
respetando el medio ambiente.
Las bicicletas fueron un gran invento que, además de servir
para darnos un paseo, incluso valen para hacer carreras
famosas como son: la Vuelta a España, El Giro de Italia o la
más famosa de todas ellas, el Tours de Francia. También cabe
destacar el Campeonato del Mundo o las pruebas de Velocidad
donde, algunos ciclistas famosos, han intentado batir el
record de la hora.
Como se puede fácilmente comprobar estamos totalmente de
acuerdo con la práctica de este deporte que, a veces, no
hace sentar ante el televisor para ver alguna de esas
vueltas de grandes etapas, sobre todo cuando hay etapas de
montañas, donde los ciclistas realizan el mayor de los
esfuerzos, para tratar de coronar el primero la cima. Estas
etapas, sin duda alguna, es donde destacan los escaladores
y, España, ha tenido grandes escaladores, como es el caso de
Federico Martín Bahamontes, que dio grandes victorias al
ciclismo español.
Aclarando que eso de las bicicletas, no sólo las grandes
vueltas, sino el hacer deporte con ellas o simplemente
pasearse me parece magnifico. Lo que ya no me parece tan
magnifico, sino que estoy, totalmente contra ellos, son esos
ciclista que han tomado el Paseo de la Marina, por un
Velódromo, dedicado exclusivamente a sprinters, que son los
reyes de la velocidad.
Todos estos nenes, ya hombrecitos, causan pavor a los
peatones, cuando los ven venir echando “leches”, a toda
patilla por el paseo, dándoles igual quienes sean los que
van tranquilamente dando un paso por aquel lugar.
Les importa tres pepinos, poner en peligro, a niños,
personas mayores o al mismísimo lucero del alba. Ellos a lo
suyo a alcanzar la mayor velocidad posible pasando, en
ocasiones, rozando a los peatones mientras les insultan.
Todo un detalle de civismos y buena educación.
Un día de estos, ¡ojala me equivoque!, tendremos que
lamentar alguna desgracia o quizás dos. Será cunado algunos
de estos nenes, en un larde de velocidad tratando de
esquivar a algún niño o persona mayor, no puedan hacerlo y
se lo lleven por delante. ¿Qué pasará o qué determinación
tomarán los familiares cuando vean por los suelos a algún
familiar niño o persona mayor?.
Las decisiones de los humanos, ante determinados
acontecimientos de esta índole, son imprevisibles y puede
pasar cualquier cosa de la que se tengan que arrepentir. Y
todo porque unos nenes no respetan las más elementales
reglas de urbanismo.
Avisamos de lo que puede ocurrir, e insistimos que ojala nos
equivoquemos. Más vale prevenir que currar. Así que a quine
corresponda tome las medidas necesarias para evitar, de esa
forma, que pueda ocurrir una desgracia o quizás dos. No
esperemos, como es costumbre a que ocurra, para evitarlo. ¿O
no?
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