Hay profesiones en las que mantener los pies en la tierra
es, como poco, prácticamente imposible. Un grupo de 15
jóvenes, menores de 25 años, de la Escuela Taller ‘Rafael
Sánchez’ se encuentran en pleno proceso de formación en
Técnicas Verticales con el fin de rehabilitar y restaurar
diversos edificios y Bienes de Interés Cultural que
necesitan en la ciudad de una manita de ‘chapa y pintura’
encaramados a sus paredes.
Comenzaron su andadura el pasado 28 de diciembre con varias
clases teóricas a fin de dominar el material de seguridad y
trabajo, el mismo que les ayudará a mantener el tipo cuando
se encuentren a varios palmos del suelo, siempre bajo la
celosa vigilancia de sus monitores. “El arnés ya lo tenemos
dominado”, comentó Fran, que muestra una segunda cuerda
ceñida a su cinto, un recio hilo de cáñamo que lo mantiene
encaramado a la pared en cuyo mantenimiento habrá de
trabajar en el futuro.
“Aunque la primera cuerda se rompa, la segunda los mantiene
sujetos mediante un sistema anticaída anclado al arnés”,
apuntó la monitora de Técnicas Verticales, Iratxe Coralles,
que explicó el motivo por el que, en las tareas de
mantenimiento de fachadas, se recurre a este tipo de
metodología. “Esta forma de operar se lleva a cabo para
abaratar los costes que supone la instalación de andamios;
además, así se puede acceder, durante los trabajos, a
lugares que de otra forma serían inaccesibles”, sentenció
esta avezada escaladora extremeña. “También hemos aprendido
a usar de forma autónoma el Equipo de Protección
Individual”, comentó Luvna, una de las dos chicas que
integran este grupo de ‘jóvenes-araña’.
Financiación y prácticas
El Instituto Nacional de Empleo (INEM) y la Ciudad, que
contribuyen al periodo de aprendizaje con unos 244.000
euros, se han encargado de cofinanciar este taller. Ello
servirá para dotar a estos 15 alumnos de las habilidades
básicas para trabajar en un sector “donde la oferta laboral
es alta, mientras que no hay mucha gente que se dedica a
esto”, motivo principal que condujo a Fran a optar por este
tipo de formación profesional.
Durante la mañana de ayer practicaron el descenso en la
pared que separa la playa de La Ribera de la avenida
Independencia. Por delante quedan aún 18 meses de clases
prácticas, en las que estos jóvenes embellecedores del
patrimonio vertical restaurarán diversos puntos de la
ciudad, como el parque de bomberos, en La Sirena, en la
planta potabilizadora de San Amaro o en el foso de la Almina.
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