Lunes. 31
Recién llegado a la ciudad Benigno Sánchez,
entrenador de la Asociación Deportiva Ceuta, escribí de él
cuatro letras sin la menor importancia. Al día siguiente,
alguien me dijo que el técnico murciano había dado pruebas
de saber estar y de entender perfectamente a qué había
venido a Ceuta. Le pregunté las razones que tenía para
elogiarlo y me las explicó. Y a partir de ese momento,
aunque he seguido sin ir al Murube, he seguido viendo al
equipo por medio de la televisión con renovado interés. En
una palabra, me he sentido otra vez favorable al equipo en
la misma medida que lo estuve cuando Diego Quintero
se sentaba en el banquillo. A veces, aun sin uno quererlo,
ocurre que las simpatías por algo se difuminan por causa de
la presencia de cualquier individuo al frente de ese algo.
De la misma manera que vuelve a recuperarse el apego si el
tal individuo se quita de en medio. Son sentimientos
inexplicables, pero que a todos nos dominan por ser humanos.
De cualquier modo, y aunque prometí en su momento, donde
puedo hacerlo, que no escribiría más de la ADC, incumplo mi
palabra, una sola vez, para felicitar a Benigno Sánchez por
su trabajo y para desearle que los partidos que quedan por
jugarse acaben todos con victorias del primer equipo local.
Martes. 1
A Yolanda Bel, tal vez porque siempre le he tenido
ley, le dije en varias ocasiones que se equivocaba al
aceptar ser la portavoz del Gobierno. Porque ese cargo
podría irla desgastando a toda prisa. Y que corría, además,
el grave peligro de que se le avinagrase el carácter. Ella,
entonces, modosa y algo recatada, me miraba fijamente y
parecía prestar mucha atención a mis palabras. Mientras que
sus acompañantes ponían cara de estar en desacuerdo conmigo
y solían afectar cierto enfado por mis consejos. La última
vez que insistí en mi advertencia fue, si la memoria no me
falla, en el Restaurante La Pérgola. Y obtuve de YB una
respuesta educada, a pesar de que podría haberme respondido
con una guasa femenina, acorde con mi pesadez. Pero,
desgraciadamente, me asistía la razón y la portavoz del
Gobierno se ha venido tragando sapos tras sapos cada dos por
tres, durante mucho tiempo. Cansada, pues, de aguantar
contrariedades sin exteriorizarlas, decidió cortar por lo
sano y adoptó una postura hasta ahora poco dada en ella:
leer ante los periodistas de cabo a rabo, y sin comerse una
sola coma, el acuerdo del Gobierno que, con el aval del
presidente Vivas, respaldaba la intervención de ella
en el conflicto entre partes enfrentadas: obreros contra
patronos de la limpieza. Vino a decir YB, con el fin de
poner los puntos sobre las íes, lo siguiente: la portavoz
sólo le pone voz y rostro a las decisiones tomadas por todos
los miembros del Gobierno. De modo que no me tomen por
alguien que desvaría asiduamente.
Miércoles. 2
Durante muchos años, y cada día, me dediqué yo a hacer
entrevistas. Un género periodístico considerado menor por
quienes nunca se dieron cuenta de que no hay género chico si
se hace bien. Una de mis últimas entrevistadas fue Alicia
Cordente. Y guardo un gratísimo recuerdo de aquella
conversación que mantuvimos en la sede de la calle de Daoíz.
Amena, agradable, alegre y con facilidad de respuesta,
Alicia me facilitó la tarea y creo que dije de ella que era
una encantadora mujer a la que había que seguir los pasos
allí donde estuviera prestando sus servicios como
profesional destacada. Y hete aquí que hoy, leyendo una
entrevista que le ha hecho Sergio Cobos en este
periódico, me he enterado de que ha sido nombrada secretaria
provincial de la Cruz Roja de Ceuta. En suma: que ha ocupado
el puesto que dejó vacante nuestro siempre recordado
Diego Sánchez Baglietto. Y además de alegrarme de que
haya recaído en ella la designación, debo decir que su
formación, su saber estar, y ese buen talante que luce en
todo momento, harán posible que cumpla su cometido con gran
eficacia. Vaya desde aquí nuestra enhorabuena para Alicia...
Jueves. 3
He dicho muchas veces que suelo estar en la calle a prima
mañana. Con el fin de andar lo suficiente para combatir las
muchas horas sentado que paso luego para poder ganarme los “grabieles”.
Hoy, cuando ya llevaba más de la mitad de mi caminata hecha,
observé que delante de mí iba Juan Vivas, acompañado
de su guardaespaldas correspondiente y de Francisco
Sánchez Paris: asesor entre asesores. Parecía ir el
presidente muy relajado, cuando un trabajador de Urbaser se
dirigió a él de la siguiente manera: “Juan, quería
preguntarte...”. Y allá que el presidente acudió solícito a
la llamada del obrero y se cuadró ante él con una postura
donde destacaban las manos entrelazadas en la espalda. Más
tarde, cuando había empezado yo a deshacer el camino
recorrido, lo hallé otra vez mirando hacia un solar. Y el
presidente seguía manteniendo la misma postura que había
adoptado cuando le hablaba el barrendero. Confieso que nunca
antes había visto yo, dentro del repertorio de posados de
Vivas, esa actitud tan extraña. Parecía más bien calcada a
esa que vemos en las películas de los oficiales británicos
en posición de firme ante sus superiores. Seguro que es una
costumbre adquirida en su viaje a Kosovo. Ah, minutos más
tarde, al pasar por la puerta del Ayuntamiento, saludé a
Pedro Gordillo cuando se bajaba del coche oficial. No
sabía yo que el vicepresidente se había mudado de casa y de
calle. Pues la suya, la que yo conocía, hacía innecesario el
uso del coche oficial. Vamos, del coche oficial y del
privado. Porque estaba a dos pasos del edificio municipal. Y
pensé que igual está viviendo ahora donde el viento da la
vuelta.
Viernes. 4
Tengo dicho, entre quienes frecuento, que llevo ya mucho
tiempo admirando el caminar del Getafe. Frente al Bayern
Múnich temí que el ambiente de un estadio mítico, donde
muchas figuras consagradas se han angustiado, influyera en
los jugadores españoles hasta el punto de hacerles perder el
oremus. Y a fe que sufrí de lo lindo durante mucho minutos
de la primera parte. De tal modo que volví a sentir esos
nervios de hincha que yo presumía no tener ya. Pero el
equipo dirigido por Laudrup está hecho de otra pasta. Por
ello, tras capear el temporal, consiguió rehacerse y jugar
un fútbol moderno. El de siempre: el de llegar al marco
contrario por la vía rápida. Que no significa jugar con
precipitación. Poniendo en entredicho, una vez más, ese
estilo de juego español al que han dado en llamar “Tiqui-taca”.
Que no deja de ser un fútbol horizontal, de pasecitos cortos
y reiterados. Un fiasco. Una especie de rondo con el cual se
divierten los jugadores durante los entrenamientos. La
segunda parte del Getafe me hizo vibrar y sentir apetencia
de seguir viendo más fútbol. Disfruté tanto que volví a
apasionarme con un deporte que bien jugado es el mejor
espectáculo del mundo. Posiblemente, ojalá que no, el equipo
presidido por el soberbio Beckenbauer consiga salir airoso
de esta eliminatoria. Pero a mí nadie me quita ya el haber
podido ver jugar tan bien a un conjunto modesto. Practicando
el fútbol de toda la vida: la búsqueda de la portería
adversaria con el menor número de toques. Juego
perpendicular donde el bostezo no tiene cabida. Ah, seguiré
viendo jugar al Getafe cada vez que pueda.
Sábado. 5
De Carlos Chocrón he escrito ya algunas veces. No
tantas como a mí me hubiera gustado. Así que aprovecho la
ocasión, en vista de que hoy termina la campaña de
reforestación, financiada por la joyería que lleva su
apellido y por Patrick Phillippe, para felicitarle
por esa idea que tuvo de organizar una campaña tan necesaria
como es la de plantar árboles. Han sido quinientos, según
leo, los árboles que se tenían que plantar. Y así va a ser.
Si no lo impiden circunstancias ajenas a la voluntad de mi
estimado amigo. Y además, la recaudación ha servido para
ayudar a la Asociación Síndrome de Down. Lo que me hace
pensar que sería conveniente idear nuevas actividades con el
fin de seguir recaudando fondos para destinarlas a tales
obras. En cuanto a ti, Carlos, me vas a permitir que
aproveche la ocasión para decirte que ya sabes lo mucho que
me alegro cuando te veo metido en tareas donde sigues
demostrando que eres un organizador atiborrado de estilo y
de saber estar. Y, sobre todo, me produce una enorme
satisfacción verte sonreír. Han sido muchas las vicisitudes
que has pasado como para que quienes nos consideramos tus
amigos no sintamos la necesidad de expresártelo en cuanto
podemos. Un abrazo.
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