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Es causa de extrema preocupación
el muy insistente rumor, sin confirmación oficial eso sí, de
la prevista reducción de efectivos militares en Ceuta. De
momento, el sábado día 12 de este mes y nada más llegar de
Kosovo, al menos 23 suboficiales y 11 oficiales estarán
‘obligados’ a seleccionar uno de los destinos [en orden de
prioridad] que Defensa les propondrá después de una
formación militar a las 08’00 horas de la mañana de ese
mismo sábado. Y esto sólo en la V Bandera de La Legión.
Falta por sumar el resto de las unidades operativas de la
guarnición ceutí. De tal modo que oficiosamente se sabría
que la reducción de efectivos a fecha 1 de julio rondaría
entre los 250 y 300 militares [entre oficiales y
suboficiales]. Del mismo modo se conoce que a fecha enero de
2009, para ‘festejar’ el nuevo año, la medida reductiva
afectaría a la tropa. Esta noticia, de la que tienen
prohibido hablar oficialmente en la Comandancia General,
mantiene preocupada a la Ciudad Autónoma y a la sociedad
civil en general por dos razones fundamentales: la primera
porque hablaríamos de reducir la población en alrededor de
un millar de personas [de una tacada] con lo que de
repercusión económica se derivaría de ello, y en segundo
lugar -ante la muy laxa información por parte del Gobierno
de la nación en relación a su plan- porque provoca una
incuestionable sensación de dudas en relación a las
intenciones verdaderas. A nadie escapa que la presencia
militar también es disuasoria y el hecho de que se reduzca
su presencia en Ceuta sin las debidas y claras explicaciones
provoca un inmenso mar de dudas. El presidente de Ceuta ha
enviado una carta al ministro y una de las primeras
actuaciones de los parlamentarios ceutíes, cuando se inicie
oficialmente la legislatura, será la de provocar [con la
fuerza del Grupo Parlamentario Popular] que el Gobierno
ofrezca explicaciones serias y veraces al respecto. En 2007
a preguntas de González Pérez contestó que en Ceuta no se
reduciría la Fuerza Aérea (¿?), ni habría reducción. Buen
momento para aclarar ahora la situación.
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OPINIÓN / EDITORIAL
