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OPINIÓN - VIERNES, 4 DE ABRIL DE 2008

 

OPINIÓN / LAS NOTAS DEL QUIM

El Sistema ¿culpable?
 


Quim Sarriá
quimsarria@elpueblodeceuta.com

 

He acudido al Registro Civil de Mataró para resolver unos papeles del entorno familiar y pude constatar en persona la serie de errores que acumulan los funcionarios del mismo. Unos originales que entregamos, hará un mes, no aparecían en el expediente y ello hizo que los funcionarios volvieran a emitir una citación exigiéndome esos papeles para proseguir el expediente.

En el Registro Civil de Mataró hay siempre, cada día en que está abierto, una impresionante cola compuesta en su mayoría por inmigrantes en busca de algo con qué aferrarse a la tierra de acogida o para inscribir un hijo, la mayoría, como español y pude constatar que los inmigrantes llevan el record de paridas, muy superior al de los indígenas catalanes, con tantos hijos encima que ya voy creyendo nos superará de aquí a pocos años.

Ya personado en el correspondiente mostrador y con mi correspondiente número de turno, espeto a la funcionaria que me atiende qué cómo es posible que no encuentren un documento que entregamos personalmente. Se disculpa y vuelve al interior de la oficina. Quince interminables minutos después vuelve a acercarse al mostrador con otra carpeta de otro expediente… una compañera suya había abierto otro expediente con los documentos que entregamos. Así, ¡sólo para mí, tengo dos expedientes distintos para el mismo asunto!

¿Falla aquí el Sistema?, rotundamente NO, falla la persona y de manera caótica, por cuanto al existir un expediente abierto por determinado motivo, no es menester abrir un nuevo expediente con su correspondiente número de registro, porque de esa forma estarían incoando dos expedientes distintos para la misma causa.

Por eso y otros muchos casos de los que he sido testigo, no puedo ni debo estar de acuerdo con esa declaración de principios de los sindicatos representativos de los funcionarios de Justicia acerca de que “… los errores judiciales han sido fallos del sistema y no de las personas.” Los errores judiciales provienen, en la mayoría de los casos, de las personas inmersas en el marasmo administrativo de las oficinas judiciales y del Registro Civil y ello conlleva que muchos condenados por sentencias firmes sigan en la calle.

En el caso de la niña onubense, Mari Luz, no se entiende cómo un reo juzgado y condenado no sea inmediatamente ingresado en prisión, segundos después de leérsele la sentencia. El juez no es quién tiene que acercarse al reo para esposarlo y conducirlo a la cárcel. ¿O sí?

Para que falle el Sistema tiene que haber errores inconmensurables en las leyes, actuaciones graves de prevaricación, desidias manifiestas de los jueces… y eso no ocurre, salvo en contadísimos casos, en nuestro país. Aquí no existe una mafia de empresarios que obligue a imponer al juez amigo. Eso ocurre en los EE.UU, no aquí.

Por otro lado no se está buscando una cabeza de turco para silenciar otro tipo de responsabilidades. Más dedicación al trabajo y menos dedicarse al ocio en horas laborales; menos cotilleo entre funcionarios y más atención al público… eso es lo que falla y no solo en Justicia, sino en casi todos los sitios donde la función pública tiene presencia.

Los políticos que suelen tocar los bajos a la Justicia duran muy poco, no pueden inmiscuirse en asuntos ajenos a su cometido y está bien diferenciada la línea que marca lo que corresponde a cada cual. Por ello, me hace gracia que ahora los sindicatos de funcionarios judiciales achaquen la culpa de que el pederasta asesino esté en la calle a los políticos… ¿No te jode?
 

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