Hay que quitarse el sombrero y
decir “chapó” ante la solidaridad entre los pueblos de
España. Barcelona, en estos momentos, tiene una enorme
carencia de agua, y con esa solidaridad que caracteriza a
los distintos pueblos de España, todos se han volcado en
darle parte de su agua a Barcelona. ¡Anda ya!.
Resulta que en esa enorme solidaridad que existe entre
nosotros, incluso regiones de Cataluña se han negado a darle
agua a Barcelona acusando, además, a sus autoridades de no
ser precavidos y, por eso se encuentra en esa situación de
carencia del liquido elemento. Mayor solidaridad imposible
de encontrar.
Uno, ante estas muestras de solidaridad, se pregunta de
quién es el agua. El agua como la tierra o el aire que
respiramos no es de nadie, porque es de todos los que
habitamos este planeta. Así que no entiendo el por qué,
algunos se sientan los dueños de ese agua que cae del cielo
y va a parar a la Tierra, sin que nadie haya puesto el más
mínimo esfuerzo para que ese agua llegue hasta nosotros.
Si embargo ahí está el gran negocio del futuro, en el agua
potable. Cuando las grandes multinacionales se adueñen del
agua potable, que se adueñarán, tendremos que pagar a precio
de oro esa agua que gratuitamente nos dona la madre
Naturaleza y que es de todos. Manda…la película.
No entiendo, como todos esos pueblos solidarios donde los
haya, se niegan a conceder parte del agua que les sobra a
otros pueblos que la necesitan perentoriamente. Desde cuándo
son esos pueblos los dueños de los ríos que nos pertenecen a
todos los españoles. Cada día entiendo menos al personal y
sobre todo a quienes les permiten apoderarse de algo que es
de todos.
Cada día me cuesta más trabajo entender, cómo es posible que
toda esa agua que los ríos vierten al mar, porque todos los
ríos desembocan en el mar, se prefiere que así sea, en vez
de aprovechar y desviarla para que tengan agua, aquellos
pueblos que la necesitan. Si algunos de ustedes entienden
esto, les ruego me lo expliquen con claridad, porque mí
mente encuentra una enorme dificultad para entenderlo. Debe
ser cosa de mí escasa capacidad intelectual.
Los ríos debido a las crecidas experimentadas están a punto
de desbordarse, con las peligrosas consecuencias que esto
supone no sólo para las cosechas en el campo, sino para las
vidas de las personas que, desgraciadamente, pueden ser
arrastradas por esas riadas e incluso perder la vida.
Pues nada, a pesar de todo ello, se niegan a darle agua al
que la necesita, prefieren que se lleve todo las riadas con
las crecidas y el posible desbordamiento de los ríos, antes
de ceder esa agua que les sobra y que irá a parar al mar.
Claro que después viene la segunda parte, para todos estos
“solidarios”, Cuado las riadas se han llevado sus
pertenencias, acuden a la solidaridad de los demás para
recibir esas ayudas y volver a empezar. Una ayuda que aunque
las de el Estado, sale del bolsillo de todos los españoles,
incluidos la de todos aquellos a los que ellos les han
negado el agua. Y como diría el mentalista Blake, esto no es
producto de mí imaginación.
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