La Sala VI de la Audiencia Provincial de Cádiz finalizó ayer
la vista oral por el homicidio del joven Munir Mohamed Tahar,
ocurrida hace tres años. Tanto la acusación particular como
el Ministerio Fiscal pidieron una pena de 14 años de prisión
por homicidio y uno por tenencia ilícita de armas para Ali
Ali Ahmed. Además, se exigió una cantidad por
responsabilidad civil para la familia del fallecido que el
abogado de la acusación cifró en 300.000 euros. Por su
parte, la defensa pidió la absolución de su cliente por
“falta de pruebas”. Por otro lado, los cargos contra Mohamed
Ali Ahmed fueron retirados.
Ayer concluyó en la Sala VI de la Audiencia Provincial de
Cádiz en Ceuta la vista oral del proceso penal por la muerte
del joven Munir Mohamed Tahar, ocurrida en la barriada del
Príncipe el 31 de marzo de 2005. La acusación particular
retiró definitivamente los cargos contra Mohamed Ali Ahmed,
por “falta de pruebas concluyentes”, mientras que para su
hermano, Ali Ali Ahmed, se pide una pena de prisión de 14
años por homicidio, más un año por tenencia ilícita de armas
y 300.000 euros de responsabalidad civil para la familia del
fallecido por daños morales. Además, se exige una orden de
alejamiento para los familiares con duración hasta diez años
después de haber salido de la cárcel.
Abuso de superioridad
La acusación particular basó sus conclusiones en el “hecho
evidente” de que uno de los testigos protegidos aseguró
haber visto como Ali disparaba a Munir. Además, alegó al
abuso de la superioridad contemplado en el artículo 2.2 del
Código Penal, por el que Ali “disparó en la cadera de Munir
en primer lugar, lo que hizo que este se desvaneciera y el
agresor aprovechara para dispararle seis veces más en la
cabeza”. Por tanto, la acusación reiteró la “intención clara
de matar de Ali”, debido a la “mala relación entre ambos
verificada por los diferentes testigos”. Además, se comentó
que “las pruebas han desaparecido porque el acusado ha hecho
que desaparezcan”. Otro supuesto en el que se basó la
acusación es que Ali “no se sorprendió cuando la Policía fue
a detenerlo”.
En la misma línea, el fiscal realizó una recreación de cómo
pudieron suceder los hechos, reiterando la “clara intención”
de Ali de matar a Munir justificada en que “disparó a los
centros vitales”. Asimismo, tildó la declaración del acusado
ante el tribunal como “falsa”, apoyándose en el testimonio
de los policías para desmontar la coartada de Ali. En cuanto
a la ineficacia de los informes para confirmar la autoría
del homicidio, el fiscal consideró esto como “algo lógico”,
debido a que “nadie puede asegurar que la ropa que cogieron
los agentes de la casa del acusado fue la que llevó puesta
ese día”.
El Ministerio Fiscal basó sus conclusiones en el testimonio
del primer testigo protegido, que afirmó estar presente
cuando Ali disparó a Munir. Para el fiscal, esta declaración
coincide con “la versión de los forenses sobre cómo se
efectuaron los disparos”. En cuanto a la apreciación de dos
tipos de balas en la escena del crimen, “esta hipótesis se
cae porque cuando los vecinos echaron agua en la calle
manipularon la escena del crimen”. En cuanto a las penas, el
fiscal pidió las mismas que la acusación, a excepción de la
cantidad por responsabilidad civil que se cifró en 6.000
euros.
Falta de pruebas
Por último, la defensa pidió la absolución, de forma que
negó la versión aportada por la acusación y la Fiscalía, y
recordó que “no se encontró ningún hecho probatorio que
relacione a Ali con la muerte de Munir”. El abogado alegó
que “hasta ahora se han aportado solo conjeturas y
sospechas”, argumentando que “es más lógico que aquí se
sentara el hermano de Alí por los problemas que había tenido
anteriormente con la víctima”. Para la defensa, la versión
del testigo protegido “se cae” por entrar en contradicción
con las declaraciones de otros testigos, como la hora del
homicidio, el lugar o la supuesta pelea que esa misma tarde
habían protagonizado ambos, la cual fue calificada de
“falsa”. Por último, recordó que Munir era “un chico
conflictivo, por lo que su único enemigo seguramente no
sería Ali”.
Tras las conclusiones de los letrados, los miembros del
jurado deberán ahora valorar si Ali es o no culpable.
|
Declaraciones llenas de contradicciones
Después de tres días de
declaraciones de los testigos, existen varios cabos sueltos
que no se han logrado esclarecer. Así, uno de los
declarantes afirmó que la supuesta pelea que mantuvieron Ali
Ali Ahmed y Munir Mohamed Tahar horas antes del homicidio
fue en el Cafetín Mojito, mientras que otros testigos
afirmaron que fue en la calle San Daniel. De la misma forma,
el testigo protegido que afirma haber presenciado el crimen
sostuvo que se interpuso entre los dos jóvenes cuando Ali
estaba a punto de disparar. Sin embargo, las pruebas
forenses descubrieron que el arma fue disparada desde una
posición superior a la de la cabeza de la víctima, algo
imposible en el caso de haber otro cuerpo entre ellos. Por
último, varios testigos ubican en la escena del crimen a
otra persona, que en ningún momento ha sido llamada a
declarar.
|