El delegado del Gobierno redujo ayer a un grupo de “cuatro o
cinco mujeres de la barriada” la protesta que anteayer
volvieron a expresar los residentes en Benzú y señaló que
“el problema de fondo” está en los múltiples cambios de
horarios del transporte público que se han realizado hasta
ahora desde que comenzaron las obras en la N-354, en enero.
“Cuando con un grupo de vecinos se llega a un acuerdo son
otros los que no están de acuerdo y desde ese punto de vista
el problema no tiene solución”, dijo Arreciado, quien
recordó que la Delegación ha “invadido” las competencias de
la empresa de autobuses “con el único propósito de ayudar”.
“Nuestra única condición es que los autobuses deben circular
con una cadencia que garantice el servicio y evite
incomodidades, aunque como cualquier obra las genera, y son
estas”, advirtió el onubense, quien dejó claro que “el
autobús a medida no lo podemos poner so peligro que las
obras se demoren un plazo excesivamente largo”.
Un mes
Para terminar, el delegado cifró en aproximadamente un mes
el plazo necesario para que los autobuses puedan recuperar
sus horarios habituales. “Desconozco cuándo se restablecerá
la circulación plenamente”, concluyó el delegado, que volvió
a agradecer a los residentes en la barriada periférica su
“paciencia”.
“Queremos disminuir la carga de incomodidad que están
sufriendo los vecinos con estas obras, pero es absolutamente
imposible hacer una tortilla sin romper dos huevos”,
argumentó Arreciado ante los periodistas.
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