El hermano de M. E. R. S., la ceutí de 44 años que falleció
el martes tras someterse, en noviembre pasado, a una cirugía
mamaria y una liposucción en el hospital privado Doctor
Pascual de Málaga anunció ayer en declaraciones a los medios
que la familia persistirá en su empeño ante los tribunales
para que se depuren “responsabilidades” en el caso “hubiera
o no una mala praxis médica”.
Vivamente emocionado, Manuel Salazar, guardia civil, hermano
de la mujer que falleció “sin una relación causa-efecto
clara” el martes en Málaga tras cinco meses de “calvario”,
repasó ayer ante los medios el último semestre de vida de su
hermana, que a finales del año pasado solicitó un crédito de
casi 9.000 euros para “ponerse más guapa” sometiéndose a una
cirugía mamaria y a una liposucción en una clínica privada,
el Hospital Doctor Pascual, de Málaga. En el Hotel Tryp,
donde convocó a los medios, Salazar agradeció al Gobierno de
la Ciudad y a la población local la despedida brindada a
“una hija de Ceuta” y repasó su historia remontándose al 6
de noviembre, cuando por recomendación de una amiga cruzó el
Estrecho para ser intervenida al día siguiente y, en teoría,
recibir el alta 48 horas después.
Todo fue conforme a lo previsto hasta que llegó ese momento,
cuando se negó a irse del centro médico porque “se sentía
muy mal”. “Le insinuaron que le saldría más barato irse a un
hotel que quedarse internada, pero ante la gravedad de la
situación volvió al quirófano”, recordó ayer su hermano,
“donde localizaron lo que denominaron un ‘pinchazo’
involuntario en su intestino”. Salió de la sala de
operaciones con medio metro de intestinos menos, pero
durante las dos semanas siguientes tampoco consiguió
mejorar.
Al contrario. Los médicos decidieron volver a operarla “a
vida o muerte” el 5 de diciembre. Se le extirpó
prácticamente todo el intestino. “Al menos desde entonces
sabían que mi hermana no volvería a poder hacer una vida
normal, pero nunca se nos dijo nada al respecto, aunque sí
llegamos a oír que habían perdido pacientes con menos
complicaciones”, lamentó ayer Manuel Salazón, quien alegó
que el “trato humano” que recibió en el clínico privado era
tan bueno que “no nos decidimos a trasladarla”. La tercera
intervención tampoco dio resultado: con el paso de los días
por su sonda seguía apareciendo líquido que, al analizarlo,
reveló la existencia de una fístula. “Tuvo mejorías
puntuales y empeoramientos hasta que comenzó a orinar sangre
y se puso amarilla por una insuficiencia hepática”, recordó
ayer su hermano.
A pesar de la gravedad del caso la fallecida no recibió
hemodiálisis hasta que, el pasado 20 de marzo, médicos y
allegados consensuaron que debía ser trasladada ya al
hospital público Carlos Haya, sobre cuyos médicos se deshizo
ayer en elogios la familia de la víctima. Allí ingresó UCI,
en la que permaneció hasta que, la semana pasada, fue
trasladada a planta. El domingo, sin embargo, volvió a
sentirse peor y el martes murió.
“Estamos en el país del ‘que a mí no me toque’ y de la falta
de empatía”, lamentó Salazar ayer, “y yo lo que pido es
sensibilidad y empatía para con nuestro caso”. El guardia
civil denunció nada más morir su hermana el caso ante el
Juzgado de Instrucción número 13 de Málaga, que admitió a
trámite su escrito y abrió diligencias al respecto.
Inmediatamente después, tal y como aconsejan hacer las
asociaciones especializadas, solicitó una autopsia judicial
del cadáver cuyos resultados aún no se conocen. “Nos faltan
datos y estudios que aún se están realizado, pero parece que
hubo muchas cosas raras o extrañas durante su periodo de
hospitalización”, criticó.
Responsabilidades
“No sabemos si hubo negligencia o no o si hubo mala praxis
médica o no, pero queremos aclararlo porque es lo mínimo que
le debemos a mi hermana y porque creemos que, aunque se
hicieran bien, el desgraciado resultado de todo esto tiene
que tener algún responsable”, advirtió Salazar, que ha
puesto el asunto en manos de un bufete de abogados ceutí ca
de su parte: “Firmar el consentimiento informado para ser
sometido a una operación no puede ser una patente de corso
para amparar cualquier cosa”, argumentó tras negar que el
Hospital Doctor Pascual haya establecido ningún tipo de
contacto con la familia tras el deceso. Además, anunció que
indagará en los tres casos de negligencia sin resultado de
muerte que han sido probados en el clínico privado.
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La asociación El Defensor del Paciente exige investigación
La asociación El Defensor del
Paciente solicitó ayer a la Consejería de Salud andaluza que
inicie una investigación de oficio para aclarar las causas
que concurrieron tras la liposucción a la que se sometió M.
E. S. R. en el hospital privado. En una nota, lamentó este
hecho y advirtió de que “desgraciadamente están siendo
demasiado habituales” sucesos similares, motivo por el que
justificó la apertura de una investigación de oficio por
parte de la Administración, toda vez que instó a la Junta a
elaborar ‘un protocolo’ de actuación ante estos casos. En
cuanto la investigación dijo que debería esclarecer si la
clínica está “preparada”, y si dispone de medios técnicos,
humanos e infraestructuras suficientes para estas
intervenciones. El Doctor Pascual se negó ayer a hacer
declaraciones sobre el suceso.
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