Hubo un tiempo en que yo veía
todos los debates que se celebraban en Intereconomía
televisión. Por más que supiera de antemano que salvo una
voz, la cual siempre terminaba ahogada por las opiniones
gritadas de quienes decían barbaridades de ZP, las
demás se expresaban ranciosas.
Ignacio Villa (director de informativos de la Cope),
Julián Lagos (otrora personaje de la “máquina de la
verdad”) y Ramón Cendoya (periodista, analista
político y empresario), entre otros, destilaban hiel cada
vez que intervenían. Cumplían a rajatabla su papel de
agoreros; de adivinadores inquietantes, que trataban de
hacernos creer que España estaba rompiéndose por los cuatro
costados y que la única solución era votar a Mariano
Rajoy.
Altaneros en el decir, soberbios en las respuestas, y
valiéndose de ademanes violentos, defendían la causa del
Partido Popular y le hacían el artículo a Rajoy. De modo
que, no pudiendo hacer más veces de tripas corazón, acabé
claudicando: o sea, que decidí darle puerta a semejante
programa.
Pero el martes pude leer, en El Imparcial de Anson,
un artículo del tal Cendoya en el cual se ceba con el PP y,
sobre todo, pone a sus dirigentes a caer de un burro. Lo
primero que nos dice es que el PP lleva muchos años
acostumbrado a las “tiranías” del líder. Primero con
Fraga, luego con Aznar y ahora con Rajoy. Y que
todos ellos han creado una atmósfera de terror con el fin de
que nadie se atreva a abrir la boca en los momentos
oportunos y en el sitio adecuado.
Y opina que la reunión de la Junta Directiva Nacional ha
sido una vez más un acto propio de una secta en la que el
líder informa y todos tragan. Y finaliza RC, vasco en la
diáspora, quejándose amargamente: “Rajoy dirige el partido
como lo hizo Aznar; pero éste ganaba las elecciones,
mientras él, igual que antes Fraga, las pierde”.
El artículo del periodista vasco, tan ligado a la derecha
española, es una muestra palpable de lo que viene ocurriendo
en los partidos. Aunque él no lamenta que quien obtenga el
liderazgo se convierta en un dictador y mantenga a raya a
toda la militancia. Tampoco ve con malos ojos que el
presidente mande muchísimo, para poder repartir cargos,
puestos, prebendas... No. Lo que Cendoya odia es que el
presidente del partido, en este caso Rajoy, como en otro
tiempo lo fue Fraga, sea un perdedor. Un perdedor, además, a
quien le ha ganado dos veces José Luis Rodríguez Zapatero.
Un presidente por accidente y a quien Rajoy calificó de bobo
solemne.
De vivir en Ceuta, el ya reseñado periodista, autor del
artículo en El Imparcial de Anson, vería con agrado, con
muchísimo agrado el mando férreo que ejerce Pedro
Gordillo en el partido. Atento siempre a que nadie ose
desmandarse lo más mínimo. Y hasta festejaría el que los
militantes se mostraran temerosos de no oponerse a seguir
las directrices marcadas por el presidente ni tampoco a
contradecirle.
Y sería así, porque Gordillo puede decir que sí gana
elecciones. Incluso por mayorías absolutas. ¿Qué las ganas
Juan Vivas, dice usted?... De acuerdo. Pero sepa,
amigo, que si Vivas no estuviera a partir un piñón con
Gordillo la vida en el partido como en el Ayuntamiento sería
insufrible. Y a río revuelto... se verían reflejadas en las
urnas todas las luchas intestinas.
|