A veces, cuando uno se encuentra
acompañado de la soledad, maravillosa compañía por cierto,
le gusta recordar cosas que me pasaron en mí niñez.
Recordar, trasladándose a tiempos pasados que dejaron huella
en uno, no sólo es bonito sino reconfortante. A otros no les
gusta nada recordar su pasado, porque las historietas que se
inventaron, sobre el mismo, todas ellas eran un cúmulo de
mentiras y falsedades inventadas para crear un ambiente a su
alrededor que nunca había existido. Realmente, todos ellos,
tuvieron una niñez sin nada que contar y que no ha variado
mucho al llegar a la adolescencia, donde siguen insistiendo
en mantener todas las falsedades inventadas para crearse una
vida. Hubo uno que hasta se inventó la historia de una
carretilla. ¡Pedazo de historia digna de Antoñita la
Fantástica!.
En fin, allá cada uno con la historia que se quiera
inventar. Nosotros recordamos la que, realmente, nos pasó
cuando éramos niños, sin quitar ni poner nada ni, por
supuesto, inventarnos historias que no se corresponden a la
realidad.
Los niños de mí época nos teníamos que inventar juegos, ante
la escasez de los mismos, si queríamos divertirnos. Así
nuestra imaginación tenía que trabajar a destajo para
encontrar ese juego que nos permitiera unos momentos de
diversión. Agudizamos tanto nuestra imaginación que hasta
una piedra nos valía para jugar.
Nos reuníamos unos pocos, cada uno de nosotros cogía una
piedra que movía al compás de la canción y empezaba el juego
que decía: “San Juan del deo, San Pedro y Santi Juan. San
Pedro ganaba la era del trique, trique, tran”.
Y es lógico que, San Pedro, ganase en ese juego que, además,
se hacía con una piedra. San Pedro y la piedra van unidas
entre si, formando un binomio perfecto. Ya lo dijo el Señor:
”Pedro, tú eres piedra, sobre la que edificaré mí iglesia”.
Y a ver quién era el guapo qué le llevaba la contraria al
Señor”
Acordándome de este juego y de lo que el Señor dijo a Pedro,
no me extraña nada que, Juan Vivas, haya declarado
públicamente que prestará todo su apoyo a Pedro Gordillo,
para que sea, de nuevo, elegido por cuatro años más
presidente del Partido Popular en nuestra Ciudad.
El tandem formado por Juan Vivas y Pedro Gordillo funciona a
la perfección, apoyándose mutuamente en cuantos problemas
pueden encontrar en su camino. En ese dulce caminar juntos,
pero no revueltos, igual, Juan Vivas, ha pensado en la frase
bíblica y ha dicho: “Pedro, tú eres piedra, y sobre esta
piedra se cimentara todo el Partido Popular en nuestra
Ciudad.
Cosa esta que ha cabreado al iluminado y al de la carretilla
que se han lanzado a por todas, tratando de romper en mil
trozos esta alianza entre los dos mandas de los populares en
nuestra tierra.
Lo que sucede es que, ambos dos, tienen menos fuerzas ante
la opinión de los ceutíes, que un bastón de chicle. Uno se
presenta todas las elecciones y en cada ocasión, desde hace
doce años, el pueblo le dice que nones y el otro anda más
perdido que un pingüino en Ecija en el mes de Agosto. Estos
dos, tienen menos poder que servidor en el Vaticano. ¿O no?
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