Fue lo que hubo en la sesión
plenaria del viernes, cuando PP, con mayoría absoluta, y
UDCE- IU, el grupo más fuerte de la oposición, estuvieron en
total desacuerdo ante el convenio de Urbaser, en tanto que
en un asunto tan crucial para Ceuta, como es el asunto de
las navieras, tanto estos dos grupos, como el PSOE
mantuvieron un rechazo total a la subida de hasta el 87% en
los precios, durante la Semana Santa.
No es la vez primera, ni será la última que la empresa
correspondiente de la limpieza en Ceuta tenga problemas, o
se los cree, en los momentos más inoportunos para la Ciudad.
Y en esta ocasión los dardos del presidente de la Ciudad,
Juan Vivas, tenían como destinatario al líder de UDCE como
si fuera Mohamed Alí quien más hubiera querido que a lo
largo de la Semana Santa hubiera habido huelga de limpieza.
Y como aquí cada uno juega sus bazas, unas reales y otras
ficticias, Mohamed Alí deja entrever, muy a las claras, que
hay quien dentro del Gobierno de la Ciudad tiene intereses
en la empresa Urbaser. Lo que nos faltaba.
Un pleno que se mostraba tranquilo, por el contenido y que,
al final, tuvo su punto de fricción, entre el Gobierno y la
oposición.
Sin embargo, y aquí no hay intereses particulares de por
medio, hubo acuerdo total en el rechazo que la Ciudad
Autónoma hace a la actitud de las navieras de aprovechar el
tirón de la Semana Santa para subir los precios de los
billetes del barco hasta un 87%.
Esta subida rompe todas las reglas incluso de la política de
libre mercado que impera en nuestro sistema económico.
Esta subida ha zarandeado, como pocas veces se ha visto, el
bolsillo de los ciudadanos, si es que tienen que desplazarse
al otro lado del estrecho, o si desde el otro lado quieren
venir a Ceuta.
Todos los grupos de la Ciudad Autónoma están de acuerdo en
manifestar su oposición a una medida tildada de abusiva e
injusta.
Y es que el problema que ocasiona una medida como esta no es
únicamente para los residentes de Ceuta, sino también para
quienes, en un día o en unos días de vacaciones, tratan de
visitar nuestra ciudad y que al acercarse a las taquillas y
ver el precio, automáticamente se retiran de allí y no cogen
el billete, con lo que no vienen a Ceuta.
Hay que tener en cuenta que con estos precios abusivos,
disparatados y, especialmente, injustos se está poniendo una
constante zancadilla a la idea de hacer de Ceuta una ciudad
turística. Con estos precios, si no se reconsidera la
situación, de poco sirve que los establecimientos hoteleros
traten de mejorar cada día, cuando así no van a tener
clientela que los ocupe.
Y aquí no vamos a entrar en apelar a la sensibilidad de las
navieras, porque la única sensibilidad ahí, como en
cualquier empresa, es la caja y la cuenta de resultados al
final de temporada.
Aquí a lo que hay que recurrir es a la ley, y muy
especialmente con la naviera que es la que ostenta la
oficialidad, con lo que si ahora no entra en razón, cuando
se llegue a próximas renovaciones se le tendrá que exigir
todo aquello que, a veces, falta.
Yo creo que esto se va a solucionar, de momento, pero
también creo que cuando llegue el verano volveremos a tener
algo parecido a lo de ahora.
En estos momentos las navieras tienen la sartén por el
mango, pero los organismos estatales competentes deben
llevar a rajatabla las normas establecidas.
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