Los partidos políticos, desde mí
particular punto de vista personal e intransferible, son
algo así como círculos cerrados donde la entrada, al mismo,
no está permitida a cualquiera que por su juventud y por sus
ideas avanzadas pueda trastocar los planes trazados por los
de toda la vida. O sea, por todos aquellos, que por muchas
vueltas que dé el partido, siempre estarán en el “machito”
formando parte de la cabeza de cartel. Y no hay más cera que
la que arde.
De tarde en tarde dejan aparecer alguna cara nueva, pero que
ya ha sido debidamente aleccionada de cual deberá ser su
comportamiento en el cargo que le han asignado. Cuidadin con
sacar los píes del plato porque, sin remisión será enviada
al ostracismo político. Los mandas, son los mandas, haciendo
siempre lo mismo y sin permitir, en ningún momento, que
vengan algunos a estropearles el pasodoble.
Elijan cualquiera de los partidos, el que más les apetezca,
y comprobarán con toda facilidad del mundo que, en la cumbre
de los mismos, siempre están los de siempre aunque, en
algunas ocasiones, para disimular antes los que tiene que
disimular, son trasladados de un puesto a otro, pero eso sí,
sin dejar de estar en la cumbre del partido. ¡Ele el arte y
las papas con bacalao!
Qué algunos, quizás cansados de la política, porque estos
hombres o mujeres llega un momento que se cansan de hacer
siempre lo mismo, sin problemas, inmediatamente son
contratados por las grandes empresas privadas con unos
sueldos de aquí te quiero ver. Como se puede comprobar
siempre, por una u otra causa, están en la cúspide del
asunto.
Bueno, y ni te cuento de aquellos que le cogen gusto al
cargo, a ese no lo quitan del mismo ni con agua caliente, Y
pobre de aquel personaje que ose intentar ocupar su puesto,
a pesar de que haya elecciones para el mismo. Bueno si
alguno lo intentan, por esas cosas que tiene la vida, están
expuestos a que les vengan encima todos los males del mundo
mundial. Incluso de pasar de ser un gran político, de lo
mejorcito que usted haya conocido en su pueblo, a
desaparecer del mapa de la política como si jamás hubiese
existido. Manda…la cosa. Todo porque creyendo, usted, en que
es verdad eso de que los partidos son democracias
auténticas, se atreve a enfrentarse al manda que quiere
seguir siendo el manda, si que nadie ose toserle.
Pues auque, algunos de ustedes, no lo crean, todavía existen
personas preparadas, por cierto, mucho más inteligentes y
políticas que el manda, que en buena lid, tal y como dice la
ley, se quieren enfrentar al manda para conseguir un puesto
para el que se creen legítimamente preparados.
Pobres ilusos, si en sus cerebros anida la idea de que
pueden ganarle la partida, con toda la legalidad del mundo,
al que manda que quiere seguir aferrado al sillón del poder.
No tienen nada que hacer, es como el que quiere derribar un
muro a cabezazos
Los mandas defienden a capa y espadad el carguito y el
sillón del poder, porque es lo único que han llegado a
conseguir en sus vidas, sin más esfuerzos que el engaño y la
mentira.
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