El escritor sevillano ofreció ayer la conferencia Cuentos
populares perfectamente incorrectos en el salón de actos del
Palacio de la Asamblea. Rodríguez Almodóvar es Doctor en
Filología y Catedrático del Instituto de Lengua y Literatura
Española realizando varios estudios sobre el cuento
tradicional. Ha sido galardonado con numerosos premios como
el Nacional de Literatura en 1985 y el Premio Internacional
Infanta Elena de Narrativa Juvenil que se le concedió por la
novela Un lugar en el paraíso. Ha publicado obras en casi
todos los géneros literarios, ha escrito poesía, novela o
teatro y varios libros de cuentos: El bosque de los sueños,
Cuentos de la media lunita y Cuentos al amor de la lumbre.
Pregunta.- ¿Qué caracteriza a los cuentos castellanos
populares?
Respuesta.- Los singulariza que son versiones o adaptaciones
de los grandes cuentos indoeuropeos pero más cerca de
nuestra mentalidad y nuestras costumbres. Los grandes
cuentos, sobre todo los cuentos maravillosos, que es lo que
centra mi atención, cuando se plantean y aparecen en
Francia, Italia o Alemania es un cuento que mira más hacia
el contrato social, al contrato entre el rey y el caballero.
Se centra en el secuestro, en el encantamiento de la hija
que necesita ser reparado por alguien. Ése es el tema
central del cuento indoeuropeo que se hace más al norte de
nuestra latitud. En España eso se suele traducir más en el
encuentro casual. El caballero sale al camino a desfacer
entuertos como Don Quijote, y no necesita previamente la
noticia de que haya una princesa encantada sino que sale al
mundo porque sabe que fechorías como ésas se cometen. Hay
ahí un cambio de mentalidad relevante, el cuento español es
por tanto más individualista, más heroico, el caballero sale
a hacer el bien y es más idealista. Después, a su vez, el
cuento castellano en líneas generales es más realista, ya
que es más frecuente el cuento de costumbres y el de
animales. El cuento de encantamiento es más difícil de
encontrar en España. También es menos agresivo, menos
violento, es raro que haya batallas entre ejércitos. Destaca
más el heroísmo individual.
P.- Hay cuentos que traspasaron las fronteras culturales
y se contaban tanto en Andalucía como en el Magreb ¿de dónde
nace esa relación?
R.- Sin duda alguna es el encuentro de dos cultura alrededor
del fuego. Pero sus circunstancias no están estudiadas
porque hay muy pocas noticias históricas. Eran encuentros
directos, frecuentemente entre personas iletradas, lo que no
deja huella escrita. Sin embargo, fue algo que se produjo,
las fronteras han sido siempre un espacio de
intercomunicación, y en este caso era muy profunda,
probablemente se hacía en las tertulias campesinas y
hogareñas. Ahí se produjo un intercambio muy fluido de un
lado y de otro.
P.- ¿Cuentos muy conocidos por su difusión en el cine
tuvieron su versión castellana en las tertulias campesinas?
R.- Los grandes cuentos de la colección de Grimm son de
tradición oral. Ellos lo único que hicieron fue adelantarse,
darles forma escrita y registrarlo. Ese es el gran favor que
nos hicieron a todos. En España tuvimos ejemplos como Fernán
Caballero, Machado Álvarez y Antonio Espinosa haciendo esta
labor.
P.- ¿Cómo es su trabajo en el estudio de los cuentos
populares?
R.- Yo también he intentando seguir este rastro pero con una
nueva metodología, la estructuralista. Intento buscar cómo
es la forma de trasladar el cuento y también su relación con
la sociedad, pero primero había que restaurar el cuento
porque estaba muy deteriorado. Yo me he dedicado a
reconstruir y a restaurar el cuento. A pesar de que los
cuentos tradicionales son orales, están en el aire, hay
técnicas y se consigue a veces a partir de un detalle
insignificante.
P.- ¿Sigue habiendo cuento tradicional?
R.- Sí, en Andalucía encuentro a personas mayores de los
pueblos y las aldeas, gente que muchas veces no saben leer y
escribir, que los sigue contando. A veces cuando se buscan
determinadas cosas es recomendable buscar a personas que no
están contaminadas por la cultura oficial.
P.- En los libros de cuentos que ha escrito, ¿ha bebido
del cuento tradicional?
R.- Mi primera asalto fue Cuentos al amor de la lumbre es un
libro de arquetipos, de cuentos reconstruidos en su
totalidad y sin aderezo literario. El segundo asalto es la
versión para los niños Cuentos de la media lunita. Y el
tercer asalto ha sido El bosque de los sueños que ya es una
recreación literaria mía a partir de historias muy antiguas.
Yo siempre busco lo más arcaico.
P.- ¿En la literatura española siempre ha tenido mucha
influencia lo popular?
R.- Sí pero no se ha reconocido. La comedia española está
llena de historias basadas en cuentos populares. Muchas
veces los autores no lo reconocían porque no hacía falta. El
público sabía que esa historia provenía de un cuento
popular, como sucede en obras por ejemplo de Lope de Vega o
de Calderón.
P.- ¿Parte del genio español nace de la unión entre las
formas más elevadas y de los contenidos más bajos?
R.- Sí, del encuentro probablemente del cuento maravilloso
con el cuento de costumbre. Tenemos por ejemplo El príncipe
encantado que es una versión de La bella y la bestia y luego
tenemos La niña que riega la albahaca, ahí vemos dos formas
de expresión totalmente distintas. En ese constraste entre
lo divino y lo humano, entre Don Quijote y Sancho, es donde
se entiende la personalidad de la cultura española.
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