Un investigador canario y prestigioso numismático, Manuel
Lorenzo, ha hallado en la isla de La Palma un escrito
fechado en Ceuta en 1859 en el que podría advertirse de la
presencia de un tesoro consistente en 2.000 onzas de oro
procedentes de un galeón español hundido a propósito para
evitar el hallazgo de las piezas que quedaron, al parecer,
enterradas en una de las playas de la islas de Palma.
Y todo se descubre por la aparición de una misiva hallada
por el investigador en un archivo privado.
La carta, dirigida a un residente en La Palma, apareció por
casualidad, relata el diario ‘Canarias-7’. “Los
investigadores siempre estamos buscando datos, y a veces te
encuentras cosas extrañas”, dice Manuel Lorenzo, prestigioso
especialista en numismática y autor de la obra ‘Galeón.
Naufragios y tesoros’, cuyo último capítulo lo dedica al
documento que localizó hace algunos años en un archivo
privado de un municipio palmero.
“Quizá un tesoro en monedas de oro que transportaba un navío
naufragado en las Islas Salvajes, aún aguarde enterrado en
la arena negra de cierta playa de La Palma”, apunta Lorenzo.
La misiva, fechada en Ceuta en 1859, está firmada por José
María Notel, quien, según cuenta, embarcó en 1852 en el
puerto de La Habana en el buque ‘Valandro Rosa’ que se
dirigía, con 2.000 onzas de oro, a Puerto Gallinas, en la
actualidad Sierra Leona, para comprar esclavos.
Lorenzo omite en la reproducción del documento, por expreso
deseo de su propietario, el nombre de la persona a la que se
remite la carta y la localidad en la que supuestamente está
enterrado el tesoro.
Naufragio
El marinero José María Notel relata que cuando el barco
“tomó rumbo en las alturas de las Yslas Canarias” el capitán
propuso a la tripulación “ocultar las dos mil onzas en
tierra y después naufragar el buque”.
Cinco años después de los hechos, desde Ceuta, el navegante
Notel se dirigió a un residente en La Palma para rogarle
apoyo “hasta rescatar ese caudal enterrado, el que
parteremos no como amigos y compañeros en sentimiento sino
como propios hermanos”, escribió el marinero.
“Las monedas siguen enterradas en la playa”
El investigador Manuel Lorenzo, 157 años después de que,
supuestamente, parte de la tripulación del ‘Valandro Rosa’
se apoderara de las monedas que tenían como destino la
compra de esclavos en África, está convencido de que “el oro
sigue enterrado en esa playa” [una playa de la Isla de La
Palma].
Asegura que “el documento es auténtico y hay pruebas de que
el barco existió”, aunque reconoce que “no sabemos si este
hombre dice la verdad”.
No obstante, le concede “bastante credibilidad” al contenido
de la carta porque hay relatos muy concretos y perfectamente
datables en la época que se describe: “Aproccimandonos á la
Costa, se sostuvo el barco á la vela bordajeando enfrente de
(...) que hay en la playa orilla del mar, y (...) cojimos
(...) los dos cajoncitos donde benian las Dhas. Dos mil
onzas y trasbordadolas á la Lancha (...) y cuando quedava
poco sol, nos dirijimos los trés a tierra (...) al sitio que
nos parecio para el efecto, en el Cual hicimos un escavacion
de bastante profundidad donde dimos sepultura a los dos
Cajones”, relata en su misiva el marinero Notel. Lorenzo
explica que las onzas de oro tenían un peso de 28 gramos,
por lo que el valor actual del tesoro rondaría el millón y
medio de euros. Estas monedas, dice, «pertenecerían
probablemente al reinado de Carlos IV o Fernando VII” A
pesar del tiempo transcurrido, este experto considera que
con “un estudio profundo del terreno y un buen detector de
metales”, se podrían localizar las onzas. No deja de ser
curiosa las historias relacionadas con el mar del que hasta
mediados del siglo XIX, España había mantenido la
supremacía.
Era la España que aún mantenía cierta hegemonia en el
contexto mundial. No deja de ser curioso, una vez más, la
aparición de Ceuta como ciudad escala de los tránsitos de la
navegación marítima entre el Atlántico y las Américas y el
Mediterráneo y Europa y Norte de Africa. Una situación
estratégica que forma parte natural de la ciudad y su
historia.
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