Es lo más fácil en casi todas las
elecciones, tanto si se dan en un club deportivo, como
cuando se dan en grupos políticos o sociales.
Naturalmente que hay excepciones, pero esas excepciones son
la variante que parece en reglas que se presentan como si
fueran inamovibles.
Y hablando de excepciones, en política, se dio una cuando en
1982 la UCD, ya sin Adolfo Suárez, pasó del poder a la
desaparición, o en el ámbito deportivo fue excepción el que
tras ganar la 8ª Copa de Europa, a los pocos días, en unas
elecciones, que parecían a favor de los que estaban, se hizo
con la presidencia del Real Madrid, Florentino Pérez.
Pero esto son las excepciones, porque en la casi totalidad
de los casos la ventaja la lleva el que está arriba, porque
es el que más oportunidades tiene de dejarse ver, en lo que
hace, en lo que “presuntamente” ha hecho y en tener a su
disposición toda una maquinaria que no se tiene desde fuera.
Y todo esto viene a cuento de que el actual presidente del
PP, de Ceuta, tras el primer Comité Ejecutivo Regional,
después de la elecciones, está decidido a presentarse a la
reelección en el mes de octubre.
De momento y esto no hay que echarlo en saco roto, Pedro
Gordillo va a contar con el apoyo del presidente de la
Ciudad, Juan Vivas, con lo que ya, de salida, tiene más de
media victoria asegurada.
Hoy por hoy, el peso específico del PP en Ceuta lo tiene
Juan Vivas. Él solo es capaz de ganar unas elecciones y no
hace falta más que echar la vista atrás en las recientes
elecciones, en la que el triunfo fue claro y rotundo del PP,
pero no con la diferencia tan abismal como había sido hace
un año cuando se celebraron las municipales que encabezaba
Juan Vivas.
Volviendo a la reelección, futura reelección de Pedro
Gordillo, creo que no va a tener demasiadas dificultades,
porque dudo mucho de que salga ninguna otra candidatura que
le haga frente, y no es por ganas, que las hay, pero la
gente sabe sumar, sabe mirar y ver, y se dan cuenta de que
tal como están montados los sistemas, desbancar a la cúpula
del partido es más difícil que componer una letra a gusto de
todos para el Himno Nacional.
Lo sensato, en este partido, como en los demás, estaría en
seguir la norma que se auto impuso José María Aznar, al
llegar a presidente del Gobierno:” No me presentaré más de
dos veces”. Lo prometió y lo cumplió. No estableció eso para
el futuro en los cargos y posiblemente hubiera sido una
norma saludable, para que en los partidos políticos hubiera
renovaciones periódicas y para que el clientelismo no se
apoderara, o no triunfara, sobre la verdadera democracia.
Yo sé que estas opiniones, que son mías y nada más que mías,
pueden levantar ampollas en el PP y en otros partidos que
siguen con unas normas similares, pero si de verdad se
quiere una democracia en los partidos hay que comenzar con
la posibilidad en igualdad de alternancia en los distintos
organismos. Es el ABC, o al menos así lo consideramos
quienes hemos estudiado Ciencias Políticas en la Universidad
Complutense. En otros lugares de formación no sé como se
entenderá.
Ahora es el momento de que aquellos descontentos, no hace
falta dar nombres, salten a la arena, pero más de uno ya
está diciendo, al llegar a esto: “¿Quién le pone el cascabel
al gato?”.
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