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cultura - LUNES, 31 DE MARZO DE 2008


Intifada, una de las obras. FCM

pintura
 

Luz y espacio en
la exposición del artista tetuaní
Younès Rahmoun

La muestra podrá contemplarse en el Museo de las Murallas Reales hasta principios del próximo mes de mayo
 

CEUTA
F. M. Caracena

local
@elpueblodeceuta.com

La exposición temporal `11´ del artista nacido en Tetuán Younès Rahmoun se inauguró ayer en el Museo de las Murallas Reales. Younés Rahmoun ha mostrado sus obras en diferentes lugares de España y en otros países como Francia, Senegal, Holanda, Líbano o Italia y en varias bienales internacionales de arte contemporáneo como la celebrada en las Islas Canarias, además de las acaecidas en Singapur y Senegal.

Badhra, una imagen fija con un punto verde en el centro e innumerables líneas elípticas partiendo de él. Se accede a la composición a través de unas cortinas negras que sumen al visitante en la penumbra y lo dejan ante una figuración similar a un ojo impertérrito que le observa. Es un buen ejemplo de como Rahmoun sorprende al espectador a través del espacio y la luz.

La figura presente en Badhra se repite a lo largo de toda la exposición pero de forma mucho más minimalista. El punto y las elipses, parecido al dibujo de un átomo, son la base de una composición de corte pop en Zahra. Tres series de paneles, separadas por los tabiques del museo, donde se reitera la figura con ligeras variaciones de un panel a otro.

En la planta baja se exponen las obras donde Rahmoun trabaja con la luz. Para llegar a ellas se puede elegir dos caminos: acceder directamente a una de las salas amplias o a través de un pasillo estrecho que se dobla en un recoveco. Allí, sobre un montículo de tierra acumulado en el suelo blanco del museo, el artista ha plantado un pequeño arbol que obliga al visitante a acercarse a la pared para poder continuar su recorrido.

Los accesos de luz que iluminan normalmente el museo se han tapado para sumir al espectador en una luz artificial y escasa. En una de las estancias de la planta baja se encuentra la impactante Maqbara, noventa y nueve pirámides de tela translúcida que dejan traspasar una luz interior que ilumina suavemente la sala configurando un espacio que invita a la meditación.

El artista compagina la vanguardia con su tradición cultural, los números de significación religiosa tienen una gran presencia en la obra. Un ejemplo de esto es Nakhla donde sobre unos folletos en una composición pop se dibujan a mano motivos de la tradición arquitéctonica árabe.
 

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