Lunes. 24
Juan Vivas se fue a Kosovo. Un año más. Para transmitir a
los soldados la ‘consideración y respeto de los ceutíes’. En
esta ocasión, no sé si ya ha estado otra vez, le acompañaba
Francisco Sánchez-Paris. El asesor por antonomasia.
Precisamente hoy, cuando salía de la consulta del
odontólogo, mi estimado Juan Antonio Martínez Silva,
me encontré con un conocido, militante del PP y cuyo nombre
me reservo para no causarle problemas, que se explayó
hablándome de cómo se consigue acceder a un puesto de asesor
o de lo que sea, en la Casa Grande. No es el caso del
reseñado Sánchez-Paris. Mi comunicante no me dijo nada que
no se hubiera convertido ya en muletilla: si alguien quiere
obtener un puesto bien remunerado y de poco trabajo, la
mejor recomendación es ponerse a largar, noche y día, contra
Vivas y los componentes de su gobierno. De ese modo, es
decir, denunciando con contumacia cualquier acción de los
gobernantes locales, más pronto que tarde será llamado para
que forme parte de la nómina de enchufados que antes no
cesaban de poner como chupa de dómine al presidente de la
Ciudad y a su cohorte. Los nombres que me fue dando, de
quienes han obtenido la consiguiente canonjía, por el medio
ya aludido, son más que conocidos. Yo sé que mi comunicante
me los enumeró para que yo los retratara, de cuerpo entero,
en esta sección. Pero no lo haré. A pesar de que mi conocido
se pondrá hecho un basilisco. A mí, en estos casos, y salvo
que algún enchufado me toque los adminículos, me gusta más
observar cómo los pertenecientes a esta casta han aprendido
a correr detrás del diputado de turno para acomodarle bien
el micrófono y la silla, recogerle la gabardina o el abrigo,
cuando llega a dar la consabida y manida conferencia de
prensa. Es, de verdad, un placer verles cumpliendo un papel
tan destacado. Por ser periodistas insignes.
Martes. 25
No hay día en el cual no sea noticia el traslado del Mercado
Central de Abastos a la Manzana del Revellín y los problemas
que han surgido para que se pueda hacer realidad el proyecto
de soterramiento. Debido a que el Ministerio de Hacienda
salió a la palestra reclamando la propiedad del solar en el
cual se asienta el mercado. Hasta ahí todo está bien. Lo
malo es cuando las informaciones que se reciben,
diariamente, son varias y todas se contradicen. Por más que
procedan de la misma fuente; o sea, de personas
pertenecientes al Gobierno local. Nada que ver lo que uno le
oye decir a la portavoz, Yolanda Bel, sobre el
asunto, con lo que nos cuenta Juan Manuel Doncel,
consejero de Fomento o lo que expone Francisco Márquez,
titular de Hacienda. Y tampoco las declaraciones de ellos
coinciden con las del presidente de la Ciudad, Juan
Vivas. Por lo tanto, aquí cabría pensar que los
inconvenientes que han ido apareciendo les han sumido a
todos en un mar de confusiones. Y uno tiene la impresión de
que han perdido el oremus. Y hasta puede que las ganas de
luchar por superar las adversidades y las críticas acerbas
de quienes no desean que Vivas consiga hacer realidad su
sueño. Allá ellos... Ahora bien, lo que más les urge es
recuperarse de la empanada mental que tienen. Para poder
reunirse, deprisa y corriendo, y así ponerse de acuerdo en
lo que van a decir cuando les toque. De lo contrario,
seguirán causando una penosa impresión. Y eso sí que es
desesperanzador.
Miércoles.26
El delegado del Gobierno, Jenaro García Arreciado, ha
aireado a los cuatro vientos que está deseando que Juan
Vivas se siente con él para resolver de una vez para
siempre todos los asuntos pendientes, relacionados con los
solares que ambas administraciones pueden cambiarse como si
fueran cromos muy valiosos. Las palabras de García-Arreciado
deben haberle alegrado las pajarillas al presidente de la
Ciudad. Aunque mucho me temo que algunos estarán pensando
que la buena predisposición del delegado es porque conoce
las dificultades que tendrá la Ciudad para financiar el
proyecto de soterramiento. Y dirán que por esa razón se ha
mostrado el onubense tan dispuesto a resolver el problema
cuanto antes. Confiado en que el proyecto, por falta de
pasta, se estancará. Y él quedará la mar de bien por haber
mostrado tan buena disposición. De cualquier manera, lo
primero que debe hacer Vivas, en cuanto llegue de Kosovo, es
reunir a los componentes de su Gobierno que han venido
informando a los medios acerca de las vicisitudes referidas
al soterramiento. Con el fin de que aúnen criterios antes de
salir a escena y dar cada cual una versión distinta de los
hechos. De no ser así, mucho me temo que Yolanda Bel,
Juan Manuel Doncel y Francisco Márquez irán
perdiendo credibilidad a velocidad de vértigo.
Jueves. 27
Tenemos cuatro años para hacer lo que nos dé la gana. La
frase se la achaca El iluminado, o sea, Aróstegui, al
máximo dirigente del PP en Ceuta. ¿Crees que se refiere a
Pedro Gordillo?, me dije entre mí. Y, claro, la
respuesta es inmediata: ¡Toma! Verde y con asas. A partir de
ahí, todos fueron improperios contra Juan Vivas, en
el último ‘dardo de los jueves’. Dicen, quienes están al
cabo de la calle, que Gordillo trata de evitar que se metan
con él en el periódico que no cesa de presumir de
antigüedad. Que es el único valor con el cual se va
defendiendo. Pero que si quieres arroz, Catalina. Vamos, que
le seguirán dando vergajazos, aunque con paliativos; es
decir, omitiendo su nombre. Lo que va de ayer a hoy.
¿Verdad, Gonzalo Testa?... Muy equivocado está el
todopoderoso hombre del PP si cree que el editor de la
antigualla va a terminar censurando las críticas acerbas que
se hagan contra él. De ningún modo. Incluso, cuanto más
demuestre lo mal que le sientan tales críticas, le irán
subiendo el tono de ellas. Aplicándole la manida expresión
de leña al mono, hasta que cante el catecismo. Por una razón
muy sencilla: El iluminado y el editor del medio decano,
cuando pactan, lo hacen para cumplir íntegramente lo
acordado. Y en esta ocasión, salvo milagro, la idea es que
por el precio de uno pueden caer dos. Eso sí, la jugada
consiste en enfrentar a los dos dirigentes del PP, sin
prisas pero sin pausas. Nos esperan tiempos en los cuales se
van a producir escenas vodevilescas.
Viernes. 28
Pedro Gordillo anuncia, a bombo y platillo, que tiene
asegurada la ayuda de Juan Vivas para seguir siendo
presidente del PP. Lo cual es como colocar un cartelito en
la sede que diga: cualquier candidato que aspire a competir
conmigo, PG, ya sabe que no sólo hará el ridículo sino que
se expone, si acaso se sale del tiesto, a sufrir un varapalo
que jamás olvidará. Precedente hay. De modo que en el
próximo otoño, y en fecha aún por designar, Gordillo volverá
a levantar el brazo como campeón. Y en este caso lo
conseguirá sin ningún esfuerzo. Debido a que ni siquiera van
a encontrarle un aspirante de los que suelen tumbarse en la
lona electoral, durante el primer intercambio de golpes. El
nombre de Vivas se ha convertido en la marca estrella del PP
de Ceuta. De modo que todo lo que idean debe ir etiquetado
con las iniciales JV. A mí me parece muy bien, de verdad,
que Gordillo continúe siendo el presidente de la cosa.
Ateniéndome a algo tan manido: lo que va bien no tiene por
qué ser cambiado. Pero no es menos verdad que la ayuda que
le viene prestando Vivas al PP en general, y a Gordillo en
particular, tendría que ser recompensada de alguna manera.
Verbigracia: a ver cuándo Gordillo le lee la cartilla a ese
empresario, amigo suyo, que no cesa de atentar diariamente
contra todo lo que hace el presidente de la Ciudad.
Sábado. 15
He hablado con varios trabajadores de Urbaser y me han dicho
que la plantilla es escasa para realizar la tarea de
limpieza que necesita la ciudad. En una palabra, que no
pueden hacer bien el trabajo que se les asigna, debido a que
sus cometidos abarcan zonas muy amplias. Tampoco se han
mostrado satisfechos con los acuerdos adoptados para
suspender la huelga con la cual amenazaban, durante la
Semana Santa, si no era atendida su reivindicación salarial.
En estos casos, conviene analizar bien las quejas: es normal
que los trabajadores vean con buenos ojos que la plantilla
sea aumentada; pues así su labor será menor. En tanto y
cuanto la empresa trata por todos los medios de reducir
gastos. También es de lo más natural que los obreros se
sientan insatisfechos con la subida salarial. Por razones
obvias. Tampoco era descabellado suponer que Mohamed Alí
saldría dispuesto en el primer pleno a tirarle al
degüello al Gobierno local, por haber echado mano de la
faltriquera para solucionarle el problema a una empresa
privada que estaba siendo sometida a una presión de huelga.
Y, siendo justo, debo decir que el presidente de UDCE-IU
está en su perfecto derecho de pedir explicaciones al
Gobierno por haber tomado semejante decisión. Los problemas
de las empresas privadas, con sus trabajadores, deben ser
solucionados por éstas. Sin embargo, todas las razones de
Alí se vieron empañadas en cuanto dejó caer que la decisión
adoptada por el Gobierno local, aportando dinero para evitar
la huelga, pudiera ser por “intereses” de algún miembro del
Ejecutivo en dicha empresa. Un error lo manifestado por Alí,
por no ir su denuncia acompañada de las pruebas
consiguientes, que hizo que Juan Vivas, a quien su
otorrino le había recomendado permanecer mudo durante la
sesión plenaria, saliera en tromba a pararle los pies a un
opositor que no da tregua al Gobierno
|