A la edad de 95 años ha fallecido
en Madrid la genial Pilar López Juvel (q.e.p.d.) singular
artista que revolucionó el baile español, creó el Ballet
Nacional que le dio fama internacional por sus
interpretaciones, no solo en nuestra nación, sino en
innumerable países tanto de la América hispana como en
Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Holanda, etc. Había
nacido, accidentalmente, en San Sebastián donde se habían
desplazado sus padres como consecuencia del ejercicio de las
labores profesionales de su progenitor, siendo su debut con
“Amor Brujo” en 1933 en el teatro Falla de Cádiz. La muerte
de su hermana “la Argentinita” en Nueva York en 1945 cambió
radicalmente la vida de Pilar que estuvo a puno de abandonar
el baile.
Pilar López, “revolucionaria del baile español” (según ella
en el baile no había palabras, hay que decirlo todo sin
hablar”), por su exquisita educación, ingenio y discreción
se hizo admirar por cuantos fue tratada, contando entre sus
alumnos mas destacados con a J. Greco, Manolo Vargas, Rafael
Ortega, Mario Maya, “El Güito”, Elvira Real, Alicia Díaz y
Antonio Gades, que profesaba verdadera devoción por la gran
artista, quien comentó en su día como anécdota del carácter
afable de Pilar López, que formando parte de su ballet,
después de un gran éxito por su actuación, señaló a la
orquesta durante los aplausos. La respuesta de Pilar dejó
sorprendido al bailarín: “la próxima vez, le dijo con sorna,
no le eche la culpa a nadie”.
Recogemos del Boletín Oficial de la Junta de Andalucía el
acuerdo por el que se le concedía la Medalla de la Comunidad
a esta artista de fama internacional, (de cuyo escalafón
forman parte otras admirables artistas como Rocío Jurado,
Carmen Linares, Isabel Pantoja, Matilde Coral, “Niña de la
Puebla”, Bernarda y Fernanda de Utrera, etc.) que dice: “El
poder simbólico que tiene su baile, tan impregnado del
sentir de Andalucía, la acerca al gran público universal
exportando el sabor y la pasión de nuestra tierra con un
refinamiento que solo tiene el arte genuino, un arte que ha
sido proclamado con coreografías tan inolvidables como “El
Sombrero de Tres Picos”, “El Amor Brujo” o el “Concierto de
Aranjuez” y que ha merecido entre otras distinciones, la
Medalla de Oro de las Bellas Artes. A Pilar López se le
recuerda siempre por sus virtuosismo y autenticidad, por su
arrolladora personalidad y por su estilo puro e
inconfundible”.
Por parte de Elvira de Andrés, sucesora de Pilar en la
dirección del Ballet Nacional se menciona, también, la
entrega total, profesionalidad, respeto y amor hacia su vida
de la artista fallecida, siendo Aída Gómez, directora del
Centro, quien puso el nombre de “Pilar López” a la sala de
ensayos principal de la sede de la Compañía.
Quizás, por no haber sido de la “cuerda de los titiriteros
subvencionados”, a Pilar López no se le ha rendido a la hora
de su fallecimiento el homenaje público oficial y el
reconocimiento que tenía bien ganado por su arte y su
acendrado patriotismo, pero en la memoria de quienes la
admiramos quedará para siempre el recuerdo de esta gran
señora de la danza española.
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