Es lo que, en rueda de prensa, el
pasado miércoles pedía Juan José, el padre de Mari Luz, la
niña de Huelva asesinada por un verdadero sádico, que, de
momento, es tan sólo un “presunto”, hasta que la Justicia
haya dictaminado, con las pruebas que lleguen a sus manos.
Particularmente me pareció un hombre muy equilibrado el
padre de esa niña, que tardó en aparecer dos meses, y eso
que había muerto el mismo día de su desaparición.
Y digo que me pareció un hombre equilibrado, por cuanto todo
su afán es que hay que dejar trabajar a la Justicia, para
poder esclarecer lo mucho que aún queda escondido.
Sin embargo, en el fondo de Juan José hay un problema:” que
no se ampare nadie en que el “presunto” asesino no sabía lo
que hacía”. Es algo que aterra a ese padre, a esa familia y
que nos aterraría a todos, si alguien presentara unas
pruebas reales o ficticias que pudieran eximir a ese
“presunto” de su auténtica culpa.
Sus alrededores, digo que quienes rodean a Juan José, no
parecían tener el mismo temple, y es normal que no lo
tuvieran, cuando han visto que una criatura de tan sólo
cinco años ha sido asesinada y tanto el asesino, o “presunto
asesino”, como sus familiares, han ocultado los hechos,
convirtiéndose en cómplices.
Es de suponer que en ninguna de las hipotéticas razones de
ver al “presunto” con deficiencia mental para no saber lo
que hacía, el resto de confidentes no tenga esa misma
deficiencia.
Pero hubo más razones en esa rueda de prensa para ver al
padre de Mari Luz como un hombre cabal, en unas
circunstancias como las que él está pasando:” a nadie, ni al
asesino de mi hija, le deseo que pase lo que he pasado yo en
esos dos meses”. Estas frases ya nos definen a un hombre,
sensato y sabiendo donde está, aun dentro del dolor que
lleva dentro. En esas palabras se deja traslucir lo que ha
tenido que sufrir esa familia, hasta encontrar, muerta, a su
niña. Es una situación excesivamente dura como para poderla
asumir con esa sensatez.
Agradecimiento y dejar trabajar a la Justicia, eran las
frases más repetidas por Juan José en esa rueda de prensa,
larga rueda de prensa, retransmitida por Canal Sur el
miércoles por la tarde.
Y nada de tomarse la justicia por su mano, aunque llevados
por la emoción más de uno, mejor dicho una, hubiera
pretendido hacerlo.
Ahora y, ojalá, que la Justicia no sea lenta, lo que se
necesita es que en el más breve tiempo posible quede todo
aclarado ( lo de la muerte parece que lo está, al menos el
autor) y que el individuo en cuestión sufra el rigor y la
pena que le corresponda por su acción.
Ahora bien, y esto es lo que extraña, si este personaje ya
ha tenido problemas de cierta gravedad, aunque menores que
esta ¿Cómo es que estaba suelto por ahí?. ¿Es que ciertas
deficiencias dan bula para seguir una vida libre y con la
posibilidad de reincidir a las primeras de cambio?.
Es cierto que se ha tardado en coger al “presunto” asesino,
pero no menos cierto es que, desde el primer momento, se
dice ahora, era él el que estaba en el punto de mira, y de
poco le ha servido irse a un pueblecito castellano, de muy
pocos habitantes y casi guardado de todo, para haber sido
capturado y ya estar perfectamente controlado y a buen
recaudo.
A partir de aquí, desde ahora, únicamente la Justicia será
la que diga hasta donde hay que llegar.
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