Anthony Blake, el “mago de la mente”, asombró ayer a las más
de 500 personas que llenaron el aforo del Siete Colinas, con
su espectáculo Más cerca.
Con unos 20 minutos de retraso, sobre las 20:50 horas, se
abrió el telón de un escenario oscuro en el que sólo había
varios objetos, que el mago iría utilizando a lo largo de su
función, tapados con paños negros. Tras encenderse las
luces, y escucharse las primeras notas musicales en el
auditorio, el patio de butacas esperaba ansioso la salida
del mago ‘¿por la izquierda, por la derecha...?’. “Hola,
buenas noches, ¿qué tal?, ¿cómo está?, perdón por el
retraso”, se escuchó de un Blake que comenzó sorprendiendo.
El mago inició su pase saludando a varias personas, pidiendo
disculpas por el retraso, agradeciendo la asistencia y
repartiendo bolas y sobres a algunos de los que luego
participarían de forma activa en su espectáculo.
Más cerca comenzó con un análisis de comunicación no verbal
que ayudó a Blake a saber cuál de las cinco personas que
estaban en el escenario mentían o no. A continuación Blake
‘llevó de viaje ‘a dos chicas a “Nueva Deli” y a “Nueva York”,
justo antes de que procurara “alterar el estado de
conciencia”, que no “hinoptizar y hacerle hacer tonterías
porque respeta mucho a su público”, a María Allende, una
espectadora. “El ojo lo ve, el oído lo oye, pero el oído lo
interpreta”, repitió el mago varias veces para conseguir su
objetivo.
Pero el mejor momento de la noche, que el mismo Blake
califica de “brutal”, fue casi al final del espectáculo.
Como adelantaba ayer ‘EL PUEBLO’, alguien del público iba a
leer la mente del mago. Yolanda Martín, una joven del
público, subió al escenario, se sentó en un taburete y
comenzó a vivir su propia experiencia. ¿Religiosa?
El caso es que a los ‘ohh’ que se escucharon durante toda la
actuación procedentes del patio de butacas, se unió un
“alucinante” susurrado de la boca de Martín, proyectado por
los micrófonos que había en el escenario, al comprobar lo
que ponía una nota que había sacado de una caja blindada,
que se escondía en una caja fuerte, y a su vez estaba tapada
desde el principio de la función con uno de los paños negros
mencionados más arribas. Normal el asombro de la chica, si
además tenemos en cuenta que llegó a este punto tras haber
‘escuchado’ con los oídos tapados, ‘leído’ con los ojos
cerrados o ‘simplemente adivinado’ lo que el mago iba
dibujando en la pizarra que se encontraba a su espalda.
Anthony Blake volverá a presentar este asombroso
espectáculo, que combina magia y misterio con una elevada
dosis de humor, esta noche a partir de las 20.30 horas. Los
afortunadas que tengan entrada para asistir ‘recuerden: todo
lo que vean será fruto de su imaginación. No le den más
vueltas, no tiene sentido...’
|