Dicen los expertos que los movimientos en la contratación de
hipotecas reflejan fielmente la realidad económica de una
región. La palabra crisis es utilizada ya por muchos a tenor
de los datos que mensualmente recoge el Instituto Nacional
de Estadística (INE) en materia de hipotecas, Producto
Interior Bruto per cápita, o Comercio al por menor.
Comerciantes, representantes gubernamentales, sindicatos y
demás miembros de la sociedad ceutí intentan quitarse de
encima la palabra crisis aunque hay quien tiene claro que
ésta ya ha cruzado el charco. En función de unas
estadísticas coyunturalmente positivas este estado de
ansiedad desaparece y vuelve con la llegada de datos poco
halagüeños como los de las hipotecas.
El presidente del Consejo Económico y Social (CES) de Ceuta,
Basilio Fernández, volvió a señalar que la ciudad ha pasado
de una sintomática desaceleración a una incipiente crisis.
Ceuta registró en enero un descenso del 68,21 por ciento en
la contratación de hipotecas para fincas, según las cifras
recogidas por el INE. Este es un dato devastador que no
tiene parangón con ninguna otra región, a pesar de que las
caídas son generalizadas.
Según Fernández la tendencia de los ciudadanos de acudir a
contratar una hipoteca ha cambiado. Antes no había miedo a
comprometerse con una letra para un coche o un piso mientras
que ahora ocurre todo lo contrario. Asimismo, según precisó,
las condiciones actuales para subrogar una hipoteca son
mucho más fuertes que antaño.
Por su parte, Carlos Carretero, experto financiero de la
banca, explicó por qué los ceutíes y la población en general
optan por recurrir a la contratación de una hipoteca casi
exclusivamente para viviendas de nueva construcción. Para un
ciudadano o una familia es menos costoso abordar el 20 por
ciento inicial de la hipoteca así como los costes de notaría
durante el tiempo de construcción del edificio para luego
correr con el mes a mes mientras viven en su domicilio.
Cuando se trata de una vivienda libre o ya construída la
persona ha de hacerse cargo de esa ‘entrada’ de una tacada.
“Por todo esto es normal que la compraventa de viviendas
esté paralizada”, concluyó.
Indices engañosos
Existen otros índices, como el del PIB, que atisban una
bonanza económica para Ceuta. Sin embargo esta medición
genera desconfianza para el presidente del CES que consideró
que “distorsiona la realidad” al computar como producción el
gasto público y la inversión privada y pública. Así, este
opinó que no es real que el PIB per cápita medio de los
ceutíes esté en los 22.000 euros.
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