La segunda y última fase del proyecto de Loma Colmenar se
encuentra iniciada y, pese a la lentitud de los últimos
meses, pasada esta Semana Santa, el movimiento de tierras y
la limpieza de la zona es intensa. Tanto que en el extenso
llano existente en la zona más baja de la Loma, próxima a
Martínez Catena [zona de Arcos Qubrados] ya no queda ninguno
de los centenares y centenares de neumáticos que apilados
formaban montañas que dificultaban el acceso al lugar para
los trabajadores, empresarios y camiones de carga y descarga
que a diario acuden a loa almacenes de distribución allí
ubicados.
Hasta hace dos semanas la imagen que ofrecía la parte más
baja de Loma Colmenar era denigrante con montañas de
neumáticos y de vehículos para la chatarra por doquier que
impedían a las empresas ubicadas en el lugar un desarrollo
ágil de su actividad por la complicación de acceso entre
tanto escombro de materiales de desechos.
De hecho, los empresarios de la zona planeaban una protesta
oficial ante la Administración General del Estado,
propietaria de los terrenos de Loma Colmenar para una
importante actuación urbanística.
La pasmosa lentitud del procedimiento administrativo y la
ralentización en la ejecución de las obras era la tónica
hasta que desde la pasada semana se iniciara la retirada de
todos los materiales acumulados entre la zona de la antigüa
España vinícola y Arcos Quebrados.
De hecho, como muestra la imagen, en estos momentos la zona
se encuentra a punto de quedar totalmente límpia de vertidos
con el objeto de iniciar la actuación en la que el Estado
está inmerso.
Puente de acceso = peligro
Sin embargo, uno de los accesos a esta zona donde se
encuentran ubicadas varias empresas de distribución
alimentícia, está en muy mal estado. Se trata de un
verdadero peligro, como argumentan trabajadores y
empresarios de la zona. “Por ese lugar suelen transitar
furgonetas y camiones de pequeñas dimensiones para carga y
descarga en estos almacenes, pero el puente tiene pinta de
derruirse en cualquier momento”, nos explican al tiempo que
nos lo muestran.
En poco tiempo, los únicos camiones que ocuparán estos
amplios espacios serán los que acompañen a las máquinas
dedicadas a remover tierras y prepararlas para la actuación
que se prevé llevar a cabo en el lugar.
Aún permanecen en la zona [la trasera del conocido
restaurante La Barraca] restos de vehículos de desgüace que
van siendo trasladados para que el lugar quede expedito y la
actuación urbanística pueda llevarse a cabo con facilidad.
En concreto en esa zona se prevé la construcción de un área
industrial subdividida en 33 parcelas para naves y almacenes
que quedarán perfectamente urbanizada con viales que
comunicarán con el resto de Loma Colmenar y con la avenida
Martínez Catena tanto para la dirección frontera, como para
la ciudad, así como con la carretera que enlazará el puerto
y el Tarajal, cuyo vial desemboca precisamente en esta zona
que ahora se limpia.
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