Si tienen la oportunidad, les
recomiendo que vean la serie que pone en la tele, bajo el
título de “Roma”. Una serie magníficamente realizada y donde
deja claro cuándo y cómo se hacían los acuerdos para
arrebatar el puesto a quien en ese momento gobernaba.
Las tramas se sucedían unas tras otras, preparadas por
aquellos en los que más confianza tenían depositadas los
gobernantes de turno. Comprobaran, con que facilidad se
ponían de acuerdo sus máximos colaboradores y hombres de
confianza, para acabar con él y nombrar a quienes a ellos
les interesaba que gobernase en aquellos momentos. De esa
manera, el más grande de los imperios conocidos en la
historia terminó destruido y arrasado. Y todo ello gracias a
la envidia y a las tramas, precisamente, de quienes eran los
hombres de mayor confianza de los gobernantes.
Parte de culpa, sin duda alguna, la tuvieron los propios
gobernantes que hicieron oídos sordos a los consejos de
aquellos que en verdad eran sus mejores amigos y a los que
no les dio confianza alguna, alejándolos de su entorno,
mientras colocaba a su alrededor, como hombres de confianza
a todos aquellos que, precisamente, era de quienes menos se
debería fiar.
Pero el hombre es el animal que tropieza dos veces en la
misma piedra, y desde la época romana, mucho son los
gobernantes que siguiendo la costumbre marcada por los
romanos, se rodean de quienes no son sus amigos, mientras a
los verdaderos amigos, a los hombres que le defenderían
hasta el final, evitando todas esas tramas, los mandaban
lejos de ellos.
Así le fue al imperio romano y así acabó. A igual que en
nuestra época han acabado muchos políticos, traicionados por
quienes creían sus hombres de confianza, mientras
menospreciaban los consejos de aquellos que en verdad eran
sus amigos.
Y es curioso, la historia a pesar del paso del tiempo e
incluso de siglos, se vuelve a repetir cada vez con mayor
frecuencia. Y, además, siempre sucede que los que les
aconsejan de quienes se tienen que rodear los que, en esos
momentos, gobiernan son aquellos que, más tarde o más
temprano, preparan la trama para derrocarlos.
La táctica es siempre la misma, rodean al que gobierna de
sus mejores colaboradores, con lo cual ya tiene, el que
gobierna, al enemigo metido en casa, preparando el puente de
plata para extenderlo, sirviéndole de paso al autor de la
trama que mientras abraza al gobernante le clava el puñal a
igual que hiciera Bruto.
Nada es nuevo en la Humanidad. Todo se repite en siclos que
se van sucediendo paulatinamente, cada vez que es llega su
momento. La Historia de la política y de los políticos está
más que inventada a igual que la tramas urdidas para
desbancar a los que gobiernan, por aquellos que les alaban y
les hacen creer que le juran fidelidad eterna, cuando sólo
esperan el momento oportuno de quitárselos de encima,
enviándolos al ostracismo político. Como diría la sabia de
mí abuela, todo es un; “quítate tú, para ponerme yo”.
Alguien debería ver la serie y sacar consecuencias. ¿O no?
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