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cultura - JUEVES, 27 DE MARZO DE 2008


época en la que comenzó el asedio. ep.

El cerco de 1694-1727
 

Del asedio y las ratas

Durante la guerra de 1694-1727 contra
el Rey de Fez, Muley Ismail, se
construyeron varias galerías subterráneas para minar las fortificaciones de los bandos implicados en el conflicto
 

CEUTA
F.M. Caracena

local
@elpueblodeceuta.com

Es el año 1694. Muley Ismail, el Rey de Fez, ha conseguido sojuzgar a las tribus del Atlas Medio y consolidar su posición. Ahora debe buscar a un enemigo exterior que atraiga la atención y su mirada se dirige a las plazas europeas instauradas en el norte de África. Toma Mamola en 1681 y Tánger en 1684. Ceuta ha pasado a la Corona española oficialmente desde hace sólo 26 años por el Tratado de Lisboa de 1668, aunque ya lo era de hecho de sde mucho antes. El gobernador Francisco de Almeida permaneció obediente a Felipe IV tras la sublevación portuguesa de 1640. Muley proyecta la conquista de Ceuta por su situación estrátegica entre el Atlántico y el Mediterráneo. Hay dudas del interés de una Corona con las arcas vacías de conservar la ciudad.

La primera acometida se espera para 1692 pero Muley debe retrasar el asedio por su lucha con los turcos de Argel. En septiembre de 1694 envía al caíd Aliben Abud Allah al-Riff a asediar la plaza. Por entonces la ciudad ha crecido y se extendía más allá de las Puertas del Campo. Con la llegada del caíd, se debe replagar las posiciones a los límites antiguos de las épocas romana y califal. La noticia llega a Ceuta el 4 de octubre y se pone la plaza en estado de alerta. Cuenta con una guarnición exánime, unos cien caballos y entre seiscientos y mil infantes. El 23 de ese mismo mes las tropas de Aliben Abud están a las puertas de la ciudad y comienzan a construir las fortificaciones desde las que emprender el asedio y defenderse de los intentos de ruptura del cerco. El primer ataque es el 14 de enero de 1695 y dura dos noches. El sitio iba a durar treinta y tres años.

El frente se desarrolla de forma monótona: los musulmanes no pueden superar las fortificaciones de la Muralla Real, que se amplía constantemente, y las gentes de la ciudad, muchos de ellos soldados improvisados, realizan escaramuzas para debilitar las posiciones del ejército del caíd pero sin conseguir romper el cerco. Es entonces cuando comienza una guerra subterránea de minas y contraminas que surcarán el subsuelo ceutí desde entonces.

Las ratas

Cuando una plaza fortificada no cedía al bombardeo de la artillería, se construían galerías subterráneas, se llenaba de pólvora el subsuelo de los cimientos de la fortificación y se hacía explosionar la pólvora. El resultado era el hundimiento de la tierra donde se sostenía la construcción.

En el asedio de Ceuta se producen dos hechos destacados de minas. El primero es a las seis de la mañana del 25 de julio de 1699, Márquez de Prado detalla lo acontecido esa mañana: “Mandó el Marqués dar fuego a la mina, y en breve tiempo efectuóse la voladura con un estruendo aterrador”. La acción es un éxito pero Márquez de Prado no puede dejar de estremecerse: “Su explosión hizo conmover la tierra en los puntos comarcanos desapareciendo el gran reducto que los mauritanos tenían más próximo a la plaza , volando por los aires entre las piedras los mutilados cuerpos de los agarenos que lo defendían”.

La segunda voladura se hace en enero de 1706. Los minadores avisan a su Capitán, Don Felipe Tortosa, que los asediadores están muy cerca de la mina. Don Felipe se cerciora por sí mismo del avance de los picadores musulmanes que iban a robar los barriles de pólvora y avisó de la contigencia a sus mandos. Éstos decidieron esperar a su llegada y que la pólvora actuara de cebo, así la explosión causaría más bajas. Un destacamento espera en la mina con el Capitán Don Manuel Mora por si hay que proteger la pólvora esperando a la orden de la explosión. Los musulmanes ya llegan y el Capitán Tortosa manda encender la espoleta. Correa de Franca, un soldado que guarnecía la mina vio en primera persona el efecto de la explosión: “(los) Vi volar, y algunos tan elevados que me parecía distaban de la tierra que poco antes pisaban más de treinta varas”.

La guerra continuó durante todo el principio del siglo XVIII. En 1720 hubo un cambio de la política de la Corona hacia Ceuta y se decidió mandar un contingente lo suficientemente pertrechado como para poder romper el cerco. Definitivamente se hace en el año 1721, aunque las escaramuzas continuaron hasta 1727.
 


Las galerías subterráneas que dejó
el gran asedio de Ceuta alcanzan los 660 metros

Antes se podían visitar a través de la Sala Arqueológica e incluso se podían ver algunos accesos al exterior de las galerías de túneles, hoy todos se encuentran sellados. Muchos de esos túneles se habían inundado ya en esos años. Al avanzar posiciones durante la guerra del asedio, algunas de las contraminas creadas por el ejército invasor para vencer las Murallas Reales fueron reaprovechadas por los ceutíes para crear corrientes de agua para el abastecimiento de sus equipos de mineros. Algunas de las secciones contienen fauna acuática.La mayoría de los túneles se encuentran entre las Murallas Reales y las Puertas del Campo que es donde estuvieron centradas las acciones de los minadores, varias secciones atraviesa la Plaza del Soldado Güeto.
 

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