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OPINIÓN - miércoles, 26 DE MARZO DE 2008

 
OPINIÓN / COLABORACIÓN

Una de cal y otra de cal

Por Eduardo Sánchez


Han transcurrido varios días desde la llegada a nuestra Ciudad de la selecciones Sub-14 y Sub-18 de tierras tinerfeñas, dónde han participado en la 2ª Fase del Nacional de Selecciones de Fútbol. Una vez más, han demostrado con los resultados obtenidos que seguimos a la cola de las demás Selecciones del Territorio Nacional incluida la melillense. Las derrotas sumadas por nuestros representantes manifiestan que algo falla arduamente, tanto en las que han participado ahora como en las de antaño. Una pésima herencia que llevamos arrastrando desde hace años y que han perjudicado seriamente nuestro fútbol local, dirigidos como “siempre” por los responsables deportivos “más adecuados”, que han continuado como el “banco pintado” aunque con ello se hunda este extraordinario deporte. Ceuta se ha convertido por defecto en la cenicienta de cualquier grupo, ya que jugar contra ella solo tiene un claro pensamiento del contrario. ¿Por cuánto vamos a ganar a los caballas?. Las derrotas se han convertido en el noventa por ciento de los casos en goleadas abultadas, que rozan el escándalo deportivo y, lo más sangrante es la indiferencia de sus responsables a la hora de reconocer los errores propios. Han llevado y llevan años sin buscar soluciones a estos fracasos competitivos y lo penoso de todo que existen soluciones a corto plazo. Cierto es, que durante años, la única luz que ha brillado después de las derrotas y con motivo de cerrar las bocas del sector más critico, es compensar con traer a nuestra Ciudad el “premio a la deportividad”, pero a estas alturas, quedar siempre último, goleado y que te den un premio como este, consuela bastante poco y, aburre a los que quieren participar en años sucesivos. Es bastante expresivo leer o escuchar en los medios escritos y hablados de nuestra Ciudad que nuestras selecciones tienen limitaciones deportivas, explicaciones expresadas por los que después de perder se quieren escudar detrás de una malograda competición peor que la del año anterior. Pero hay que hacer memoria y pensar en todos aquellos deportes que han conseguido con menos participantes locales y escasas competiciones, grandes hazañas para nuestro deporte caballa (fútbol sala, piragüismo, atletismo, etc., etc.), aunque la diferencia de metas radica en el generoso trabajo de su cuerpo técnico y en los preliminares del objetivo a batir. Por tanto, el escudo de las limitaciones no es admisible para un deporte mayoritario como el fútbol en nuestra Ciudad, dónde el ochenta por ciento de los jóvenes lo practican diariamente. Entonces, nos preguntamos: ¿dónde radica el problema para que todos los años tengamos derrotas tan claras y abultadas con el fútbol? Pues bien, el secreto en mi opinión lo encontramos en las deplorables proyecciones de los jugadores desde temprana edad, el escaso seguimiento y preparación de los jugadores seleccionados en los equipos por el personal responsable de las selecciones y una improcedente planificación y organización de la competición a disputar.

Pero, que ocurre en la actualidad, para que sigamos año tras año cosechando duras derrotas. Una de las principales causas a determinar es la proyección de estos jugadores seleccionados, los cuales se encuentran en la mayoría de los casos en manos de la figura de su “padre-entrenador-delegado” o persona que lleva el equipo sin más, siendo esto, bastante permisible actualmente por los responsables federativos y sino sigamos el ejemplo del “juvenil” recientemente descendido de categoría. Estas aptitudes provocan graves consecuencias deportivas al jugador durante su progresión deportiva al no poder evolucionar por falta de una preparación adecuada y por ende repercute en nuestra capacidad de competición. Una situación que se viene observando semana tras semana en cualquier terreno de juego de esta ciudad, dando lugar a una pésima calidad de los jugadores y a una competición de insuficiente nivel. Otro aspecto que contribuye a no alcanzar un resultado favorable es el seguimiento de los jugadores, nulo en la temporada, ya que los grupos de trabajo están definidos antes que comience la competición, dando lugar a un bajo rendimiento de los jugadores antes y durante la competición, por entender que ya son seleccionados y aptos antes de jugar el primer partido de su liga local.

Como conclusión a todo lo anterior, decir que una causa prioritaria para alcanzar el objetivo es el trabajo realizado anteriormente a la competición, actualmente, no garantiza ni el treinta por ciento de aciertos de la competición a disputar. Asimismo se observa una planificación muy inmediata y una inadecuada preparación de las selecciones, situación que repercute en el grado de dificultad para aumentar la competitividad de la competición a lidiar, dando lugar casi siempre a enfrentamientos de preparación con equipos con pocos recursos técnicos y tácticos. En definitiva, mucho tiene que cambiar la situación del fútbol en nuestra ciudad para llegar a codearnos algún día con los mejores o en su defecto con los mediocres. El lograr estar “ahí” no es inaccesible y sino tengamos como ejemplo a algunas selecciones de África o Asia, las cuales se han codeado con lo mejor de Europa o del mundo. Pero para llegar a ello, deben cambiar muchas situaciones deportivas que hoy en día parecen intocables en esta ciudad. Nuevas generaciones vienen empujando desde prebenjamines. La puerta sigue con el candado pero también más oxidado, y nuestro fútbol con más tristeza.
 

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