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La visita del presidente del
Gobierno Autónomo de Ceuta a Istok, la base española en
Kosovo, donde permanecen desplegados casi seis centenares de
militares procedentes de la Comandancia General de Ceuta y
bajo mando de la propia COMGECEU, no sólo se circunscribe al
hecho de estar junto a los nuestros que ya cumplen casi
cuatro meses de misión en los Balcanes, sino que cuenta con
un especial añadido de ayuda humanitaria que parte desde la
propia ciudad.
De hecho el presidente no viaja solo. Además de estar al
lado de las tropas, a lo largo de la jornada de hoy
dispondrá de una intensa jornada institucional en el que
tomará contacto con los representantes civiles de aquella
localidad kosovar donde residen nuestros soldados. Está
previsto que firme en el libro de oro de la ciudad de Istok
y que visite algunos centros educativos y asistenciales con
los que la Ciudad Autónoma ha colaborado con diversos envíos
de material. El propio Vivas, que no ha querido que
trascendiera este hecho, conocerá el destino de los envíos
realizados desde Ceuta a esa región.
También en esos lugares, en periodo de estabilización
social, el nombre de Ceuta puede sonar en positivo. Nuestros
soldados han sido la punta de lanza para establecer en
aquella sociedad kosovar un conocimiento grato de esta
pequeña ciudad norteafricana y española que será hoy
especialmente implementado con la visita a la sociedad civil
de Istok del presidente del gobierno ceutí.
Es justo y necesario, aunque con ponderación, elogiar los
gestos y respaldar acciones de ayuda civil y de apoyo como
la que se produce en esta jornada en un lugar muy alejado de
nuestra ciudad. Se trata de la segunda ocasión en que el
presidente de Ceuta viaja oficialmente a lugares de
conflicto a acompañar por unas horas a nuestras tropas. En
esta ocasión Kosovo es una realidad que está contando con
ayuda ceutí, humilde, pero ayuda al fin y al cabo.
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OPINIÓN / EDITORIAL
