La irrupción de la Administración General del Estado
advirtiendo de que el solar donde se ubica el mercado
central de abastos es propiedad del Ministerio de Hacienda,
ha logrado plantear al Gobierno de Ceuta la viabilidad en
tiempo y forma del tan cacareado proyecto de soterramiento
posterior al traslado del mercado a la Manzana del Revellín
y derrumbe del actual local central de abastos. El primitivo
proyecto presentado a bombo y platillo por el Gobierno Vivas
depende absolutamente para su ejecución tal y como se
proyectó, del permiso de Madrid, algo que se puede alargar
en exceso en el tiempo.
No es un no definitivo al tan cacareado proyecto de soterrar
la circulación procedente de la calle Independencia hacia el
centro de la ciudad, pero comienza a contemplarse seriamente
la posibilidad de no avanzar más hacia la primitiva idea
proyectada con la que se pretendía facilitar,
descongestionar y hacer más fluido el tráfico en este punto
de la ciudad, al tiempo que se ganaba espacio para el
ciudadano derribando el edificio donde actualmente se ubica
el mercado central de abastos.
Y es que el Ejecutivo local, ante la comunicación estatal
advirtiendo de que la propiedad de los terrenos donde
descansa el mercado es suya, ha tenido que ‘parar el balón’,
levantar la cabeza y buscar otra salida viable que le
permita subsanar el ‘frenazo’ que ha supuesto el “incidente
jurídico-administrativo” por la propiedad del solar.
La recuperación del Foso de la Almina y su conjunto
amurallado [uno de los de mayor relevancia de la ciudad]
tras el derribo del actual mercado; el aprovechamiento de su
subsuelo para una terminal de intercambio de autobuses
añadida al soterramiento del tráfico rodado del centro y la
construcción de un espacio público en la superficie para la
ciudadanía, peligra en estos momentos tal y como está
planteado.
No lo ha querido explicar de ese modo la consejera portavoz
del Gobierno, Yolanda Bel quien, en cualquier caso, ha
dejado claro que el traslado del mercado central de abastos
a la Manzana del Revellín “es una cosa, y otra bien
distinta” la obra del soterramiento. “El traslado se va a
llevar a cabo haya o no soterramiento”. Bel reconoció que en
el desarrollo de los tiempos fijados para el traslado del
mercado al complejo de Álvaro Siza no existe “ni parón ni
freno” por lo que tanto el consejero de Hacienda, Francisco
Márquez como el de Fomento, Juan Manuel Doncel “mantienen
sus grupos de trabajo” que concluirán con el montaje y
traslado defnitivo de los concesionarios a la nueva
superficie ubicada en uno de los semisótanos del complejo
cultural.
Soterramiento ¿plan B?
La consejera ha afirmado que los técnicos de la Ciudad
trabajan para buscar alguna solución técnica que evite
‘tocar’ el solar del mercado, pero pocos milagros técnicos
existen. Bel llegó a decir que el soterramiento puede
hacerse aunque, de modo inmediato, dio la última palabra a
los técnicos porque “no soy arquitecto” y el Consejo de
Gobierno “decidirá la mejor opción que nos hayan planteado”.
Sería el Plan B al soterramiento cuyo proyecto ahora se
cuestiona.
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Gobierno Autónomo y Central mantienen una relación de tensa
cordialidad
Compartir responsabilidad pública
dos administraciones de distinto color político es lo que
tiene. Aunque oficialmente se realicen grandilocuentes
discursos o declaraciones relativas al famoso ‘bien
general’, lo cierto es que en el fondo subyace el evidente
hecho de que ni el PSOE va a ser la caja de resonancia del
PP, ni el PP lo será del PSOE. O dicho de otro modo, el
Gobierno Central [PSOE] no va a dejar tan fácilmente que el
Gobierno Local [PP] orqueste y se apunte en solitario el
gran proyecto de cambio urbanístico planeado por Vivas, con
cuyo probable éxito, eternice en Ceuta al Partido Popular.
En el fondo PSOE y PP están para ponerse chinitas o piedras,
según se mire, en sus respectivos caminos. Sin embargo, la
Administración General del Estado está interesada en solares
pertenecientes a la Ciudad y la Ciudad en solares propiedad
del Estado. Por tanto pudieran haber fórmulas de
entendimiento que, no obstante, se traducirían en retrasos
no contemplados por un gobierno autónomo que en sus
previsiones contaba con que el soterramiento hubiese
iniciado su expediente antes de esta ya pasada Semana Santa.
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