El Ceuta se jugaba algo más que tres puntos ante el Águilas
y no falló al sumar tres puntos imprescindibles para pelear
por la fase de ascenso. Los caballas se encontraron a un
rival enrachado (cinco victorias y tres empates en las
últimas ocho jornadas, además de sumar 717’ sin encajar un
gol) que salió con las ideas muy claras: mantener la
portería a cero para provocar la ansiedad en el rival y
aprovechar una contra o jugada a balón parado para marcar.
Los caballas llevaron la iniciativa, pero les costó hincarle
el diente al entramado defensivo montado por Miguel Rivera.
El Águilas es el típico equipo de Segunda ‘B’ compacto,
aguerrido, que sabe parar el juego con faltas y juega al
límite del reglamento. Mariscal Sánchez lo aplicó a
rajatabla y expulsó en la primera parte a Germán y en la
segunda a Edu Espada (el delantero aguileño no estuvo ni un
minuto sobre el terreno de juego). Con nueve futbolistas y
0-0 en el marcador (ayer el empate no servía) Benigno
Sánchez tenía que arriesgar por narices. Entraron David Fas
y Enzo por Sandro y Javi Navarro, que se sumaron a Berruezo
que en el descanso había sustituido a Seidí.
El juego caballa mejoró, tuvo más llegada y llegaron los
goles de Fran Amado y Tato. El gol de Tariq, con el
asistente con el banderín levantado y los jugadores del
Ceuta parados, le permite al conjunto blanquiazul ‘quedarse’
con el gol average particular. La A.D. Ceuta hizo los
deberes derrotando a un rival directo, al que ahora tiene a
tiro de piedra. Los caballas están un poquito más cerca de
su objetivo, pero quedan ocho jornadas de infarto empezando
por el duelo del Romano ante la U.D. Mérida para el que
Benigno pierde a Txiki, pero ya tiene a Pol.
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