Los agentes de la Policía Portuaria de la ciudad están
mostrando su lado más humano durante las últimas dos
semanas.
El pasado 7 de marzo, cuando estaban de servicio en torno a
la rotonda de Pepe Caballa, dos funcionarios de este cuerpo
fueron alertados por una ciudadana de la “permanencia de un
perrito pequeño abandonado”, recuerda Antonio Rivero, uno de
ellos. “Paramos, vimos que era una cachorrita y la
recogimos”. Rivero explicó a ‘El Pueblo’ que ni él ni su
compañero sabían qué hacer con el animal. “Llevarla a la
Sociedad Protectora de Animales nos daba como un poco de
miedo, la vimos tan pequeña que, al rato de tenerla con
nosotros, ya le habíamos cogido cariño”. Así que ambos
compañeros decidieron quedarse con la perra y llevarla a las
instalaciones del Centro de Control del Puerto. Una vez
allí, se lo explicaron al turno que les daba el relevo y
éstos no pusieron ningún impedimento, estos a los siguientes
y, así hasta que se enteraron los cinco grupos. Hoy, todos
están “encantados” con la nueva mascota. “Todo el mundo se
ha hecho cargo de ella, unos le compraban pienso, otros
compañeros la llevaban a medio día a su casa y la devolvían
por la tarde, hasta tal punto que hemos tenido que ponernos
de acuerdo para concertar 3 horas de comida diarias a la
perra, ya que sólo tiene un mes y medio y si no estaría
comiendo todo el día”, señaló Antonio Rivero.
Rivero y sus compañeros descartaron la posibilidad de
extravío de la cachorra cuando la llevaron al veterinario y
comprobaron que no tenía cartilla sanitaria que mostrara su
identificación, ni chip ni tatuaje, aunque intuyen que
“estaba en una casa y acostumbrada a estar con niños porque
sólo hace sus necesidades en la calle y sabe jugar con
pequeños”. En su primera visita al veterinario ‘Lola’ fue
vacunada con antiparasitarias y, desde el pasado miércoles,
ya cuenta con su microchip y su cartilla sanitaria a nombre
de la Policía Portuaria de Ceuta. Estos gastos fueron
asumidos, en un principio, por Antonio Rivero. Sin embargo,
sus compañeros de trabajo no tardaron en hacer una colecta
para colaborar con los mismos, y ahora han hecho un bote
para la manutención de la nueva mascota del cuerpo.
El nombre de la cachorra se debe a la popular película
española, dirigida en 1947 por Juan Orduña, e interpretada
por Ricardo Acero y Juanita Reina, ‘La Lola se va a los
Puertos’, basada en una obra, con el mismo título, de los
hermanos Machado, de la que también existe un ‘remake’ de
1993, que protagonizó Rocío Jurado. “¿La Lola se va a los
puertos no? Pues esta se vino para éste”, bromea Rivero.
Actualmente, ‘Lola’ habita en lo que antiguamente era el
calabozo del Centro de Control del Puerto, “que como hoy no
se utiliza, pues allí tiene su manta, su bebedero y su
comedero”.
Antonio Rivero destaca el “cambio radical” que vivió esta
cachorrita que, en unas semanas, pasó de ser abandonada a
ser deseada por varias personas e incluso familias que la
quieren acoger. “Como estamos todos contentos con la perra,
y muchos compañeros la llevaron a sus casas, o han hablado
de ella entre sus conocidos, han aparecido muchos
voluntarios adoptivos pero la Policía Portuaria no quiere”.
En un futuro, los agentes de la Policía Portuaria tienen
previsto “adiestrarla y enseñarla” aunque, de momento “es
muy pequeña” y esperan que se vaya haciendo a su nueva casa.
aparecido muchos voluntarios adoptivos pero la Policía
Portuaria no quiere”.
En un futuro, los agentes de la Policía Portuaria tienen
previsto “adiestrarla y enseñarla” aunque, de momento “es
muy pequeña” y esperan que se vaya haciendo a su nueva casa.
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