La Sociedad de Cazadores, Pescadores y Silvestristas de la
Ceuta pedirá a la Ciudad la cesión de una parcela pública
para la próxima implantación de un centro de repoblación y
recuperación de especies. El colectivo cinegético, que se
reunirá con Medio Ambiente después de Semana Santa, espera
poder contar un local social.
La Sociedad de Cazadores, Pescadores y Silvestristas de
Ceuta tiene pendiente una reunión con la Consejería de Medio
Ambiente, que esperan aprovechar al máximo. El colectivo
genético y el departamento del Gobierno ceutí que dirige
Yolanda Bel se citarán, después de Semana Santa, para
“cerrar los últimos detalles” con respecto a la zona
controlada de caza, oportunidad que los primeros
aprovecharán para solicitar “esa ayuda que aún no tienen” de
la Consejería competente en materia medioambiental. “Todos
los proyectos que venimos realizando hasta ahora los estamos
sacando adelante prácticamente sin ayudas y con financiación
propia”, aseguró Antonio López, presidente de la sociedad de
cazadores de Ceuta. “Sólo contamos con alguna pequeña
subvención del Instituto Ceutí de Deportes (ICD), al cual
estamos muy agradecidos, y ahora Sanidad también quiere
colaborar en la compra de pienso para nuestro criadero de
aves, pero la Consejería que se debe implicar todavía no lo
ha hecho, mientras que nosotros hemos colaborado con ella en
varias ocasiones”.
Creación de una granja
Los cazadores propondrán a la consejera la colaboración
conjunta en un ambicioso proyecto que consistiría en la
creación de un espacio dedicado, entre otras cosas, a la
cría de diferentes tipos de aves, para la repoblación e
incluso recuperación de especies en la ciudad. “Por ejemplo,
perdices, faisanes, codornices y podríamos implantar hasta
un centro de recuperación de aves rapaces”, explicó López.
Para poner en marcha esta iniciativa, el colectivo
cinegético solicitará a la Ciudad la cesión de una parcela
cuya utilidad ya tiene muy estudiada. “Además de la granja,
en esa finca se podrían hacer muchas cosas”. Entre ellas,
López destaca la instalación y acondicionamiento de un local
social donde realizar reuniones de los cazadores, talleres
de sensibilización medioambiental para niños y las
solicitudes del permiso de armas y licencia de caza. “Somos
370 socios, tenemos número de identificación fiscal en el
registro de asociaciones, estamos inscritos como club
deportivo, en fin, todo en regla, y no contamos ni con local
social”, sentenció. Esta agrupación espera recibir de la
Consejería de Medio Ambiente “el mismo trato” que tienen
otras sociedades “bastante menos numerosas” que ya cuentan
con un terreno de varias hectáreas “completamente
acondicionado”.
Actualmente la sociedad de cazadores ceutí tiene en marcha
un proyecto de siembra para la alimentación de varias
especies, tanto cinegéticas como no cinegéticas, y otro de
cría y reproducción de perdices autóctonas, entre otras
aves. Ambas iniciativas se están desarrollando en fincas de
propiedad privada.
Zona de controlada de caza
Con respecto a la constitución de una zona controlada de
caza el colectivo cinegético señaló estar “de acuerdo” con
la implantación de un área reservada porque entiende que va
en beneficio del entorno natural y de su actividad. Sin
embargo, no comparten la idea de que esa reserva sea fija,
ya que “en uno o dos años, una zona donde habían escaseado
animales pueden abundar o viceversa”, y propone el
establecimiento de zonas protegidas alternas. Para respaldar
su postura sobre este tema, el presidente de la agrupación
de cazadores ceutí hace referencia a la legislación de caza
de otras comunidades autónomas, como la andaluza, que
contempla la idoneidad de cambiar estas áreas de reserva
cada dos o más años.
Asimismo, la Sociedad de Cazadores, Pescadores y
Silvestristas ceutí espera obtener el permiso de Medio
Ambiente para cazar jabalíes en la ciudad autónoma, al
considerar que esta cuenta con “terreno suficiente para la
práctica de la caza mayor”. Según el presidente de la
asociación, Ceuta cuenta con más de 900 hectáreas para el
desarrollo de esta actividad cinegética, mientras que la
legislación vigente en otras autonomías autoriza esta
práctica en superficies muy inferiores.
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